Engalgar cabo y cadena: Una unión fina, resistente y flexible que discurre sin problemas por el molinete
Las modernas anclas de arado no dependen tanto del peso de la cadena de fondeo como las antiguas anclas planas. Esto invita a utilizar líneas mixtas de cabo y cadena en las líneas de fondeo de casi cualquier eslora. Hay varios sistemas para unir la cadena con el cabo trenzado y el método que explicamos de enlazar el cabo en la propia cadena ofrece muchas ventajas.
El peso de la cadena en el pozo de anclas hunde la proa en sobremanera y el barco ofrece más resistencia al avance. Además, este lastre crea un importante momento de inercia, y lo hace en una zona del barco donde es muy perjudicial, tanto para las prestaciones como para la seguridad.
Aligerar peso en el pozo de anclas puede pasar por sustituir parte de la cadena por su misma longitud en cabo. Una proporción que suele mostrarse equilibrada es llevar dos esloras de cadena unidas a una longitud de tres a cinco esloras de cabo. Con esta proporción, buena parte de los fondeos se realizarán soltando solo cadena, al tiempo que el barco mantiene una agradecida ligereza en su extremo delantero.
Si el viento sube, los 10 o 20 metros de cabo que se añadan al fondeo quedarán tensos y no rozarán con las rocas o el suelo, que es el mayor riesgo que tiene la integridad del cabo. Además, la propia elasticidad del cabo hará de amortiguador de los tirones del ancla con las rachas, minimizando el riesgo de garreo y preservando ancla, cadena y las cornamusas de proa de eventuales roturas.
Una unión sencilla y perdurable
En este artículo explicamos como unir la cadena del ancla y el cabo trenzado mediante un engalgado. Es uno de los distintos sistemas que hay para esta unión. Otras alternativas son la gaza, el nudo o los distintos herrajes de unión.
La gaza se puede confeccionar directamente en el último eslabón de la cadena o usando un guardacabos y luego uniendo ambos tramos con un grillete. El sistema es fino y flexible, pero confía toda la tensión del conjunto a un único eslabón de la cadena y a una sola pasada del cabo trenzado. Utilizando un guardacabos protegiendo la gaza, la unión gana mucho grosor, incomodando e incluso impidiendo el paso de la línea de fondeo por el barbotín del molinete o sus gateras.
Los nudos presentan los mismos inconvenientes que las gazas, añadiendo que la resistencia de cualquier cabo a la rotura disminuye del orden del 30 por ciento en caso de anudarlo.
Los herrajes de unión cabo/cadena -a la venta en tiendas de acastillaje- son una solución práctica y rápida de puesta en escena, pero su resistencia a la tensión es aleatoria, al tiempo que pueden tener problemas de fricción y/o de integridad en los pasos por el molinete.
El sistema de trenzado que presentamos mantiene intactas las resistencias al estiramiento del cabo y de la cadena. Al no haber apenas regruesado en la unión, también admite el paso de la línea de fondeo por el barbotín y por las gateras que pueda haber en el cofre o en la salida del ancla.
Comentar también a su favor que es una unión sencilla de realizar en modo amateur. En su contra, decir que este sistema de unión fija –al contrario que las gazas o anudados- excluye (o complica bastante) la eventual utilización del cabo del fondeo como amarra larga de respeto.
Paso a Paso
Un paso previo e indispensable para realizar esta unión entre el cabo y la cadena es hacer una ligada de los tres cordones a unos 50 cm. del extremo del cabo. Las fotos 3, 4, 5 Y 6 explican el proceso de un falcaceado sin costura. Otros métodos de ligada o cosido son igual de efectivos.
Una vez asegurado el cabo ya se pueden separar los cordones del extremo. Para ilustrar este artículo los hemos coloreado de cara a visualizar mejor su recorrido. El trenzado del cabo con la cadena es bastante sencillo. Dos de los cordones van haciendo un zigzag en los eslabones de la cadena que quedan en vertical , mientras el tercer cordón hace su zigzag por los eslabones en horizontal (FOTO 8).
Tras repetir este mismo trenzado entre cuatro a ocho eslabones (FOTO 9), el trabajo está terminado y la unión ya tiene su máxima resistencia. El cabo no va a ‘escurrirse’ por mucho que tiremos de él. Por estética, mejor sacar cada trenzado del cabo por un eslabón distinto. Como remate, lo más simple y efectivo es hacer una buena ‘pelota’ de cordón quemado y adherirlo en lo posible a la cadena. El resultado es el que vemos en la foto de entrada del artículo.
por: Toni Vernic
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