Vendée Globe: La clasificación se estira y se comprime de forma permanente

Bonito apardecer por la popa del Groupe Drubreuil, de Sèbastien Simon, segundo c

(18/11/24) La clasificación posiciona los IMOCA según su distancia al cabo de Buena Esperanza, detallando que hay 15 patrones en apenas 120 millas. Lo que no explica esta clasificación es que la separación este-oeste entre Thomas Ruyant (3º) y Jean Le Cam (4º) es de 800 millas. Sus opciones estratégicas son muy dispares y podrían dar lugar a importantes sorpresas en el paso del ecuador.

Líder desde ayer domingo por la tarde, Sam Goodchild (VULNERABLE) conserva el liderato al comenzar la segunda semana de vuelta al mundo, aunque se encuentre ahora en una zona sin viento. El segundo clasificado, Sébastien Simon (Groupe Dubreuil), se le ha acercado a menos de 10 millas. Jean Le Cam (Tout Commence en Finistère – Armor-lux) y Conrad Colman (AS Amlin) navegan muy al este a lo largo de la costa mauritana dejarán Cabo Verde por estribor. La lógica de la Vendée Globe no recomienda navegar tan al este en la bajada del Atlántico, pero tal y como está la meteorología, todo puede pasar.

El liderazgo se va comprimiendo
A la cabeza de la carrera, el trío líder formado por Sam Goodchild (VULNERABLE), Sébastien Simon (Groupe Dubreuil) y Thomas Ruyant, se ha convertido en un cuarteto con Nicolas Lunven (Holcim-PRB). El británico fue el primero en encontrar una zona sin viento, lo que permitió a sus perseguidores ‘apartarse’ ligeramente, antes de verse frenados.
Christian Dumard, meteorólogo de la Vendée Globe, explica la situación: “nos enfrentamos a una depresión al NW de las Canarias que se mueve poco e influye sobre los alisios creando estas zonas de calma”. Los líderes fueron los primeros en verse frenados, lo que permitió al resto de la flota remontar ligeramente. Sébastien Simon estaba a 9,1 nm del líder Sam Goodchild, que no perdía la flema ni el humor británico comentando que: “Estoy orgulloso de mi 1er puesto y lo disfruto, sobre todo porque no sé cuánto durará. Había riesgos en mi ruta, tuve que jugar con las borrascas, los cambios de viento y tuve cierto éxito”. Goodchild ha navegado lento todo el día (Jean Le Cam navegaba a 14+ nudos a las 15:00) y prefiere concentrarse en los Doldrums, a los que debería llegar en dos días. “La gran pregunta es: cómo los cruzaremos”, confiesa. “Todo es aleatorio, hay que dejar de pensar”
Remontar posiciones tampoco es fácil para los perseguidores, que no mejoran demasiado sus registros en la corredera. Todo el mundo también vigila a los dos únicos barcos a levante de las Canarias: Jean Le Cam y Conrad Colman, han acelerado sus registros, pero “deberán arrumbar al oeste”, comentaba el meteorólogo Christian Dumard. “Su posición me parece incierta y aleatoria”.

Navegación de placer y encuentros inesperados
Antes de llegar a los Doldrums ecuatoriales, la flota navega con vientos medios portantes, buena mar y buena temperatura. Romain Attanasio admitía haber “holgazaneado un poco esta mañana en la bañera”. Conrad Colman (MS Amlin) explicaba que “durmió bien, hizo yoga y se estiró”, Sam Goodchild desayunó unos huevos revueltos y Clarisse Cremer (L'Occitane en Provence) disfrutó de su primer pomelo, al tiempo que tuvo a la vista a Samantha Davies (Initiative-Cœur). Louis Duc (Grupo Fives - Lantana Environnement) fue despertado por Tanguy Le Turquais (Lazare) con el VHF cuando llamaba a Romain Attanasio. Benjamin Ferré (Monnoyeur - DÚO para un TRABAJO) también recibió la llamada sorpresa de su amigo Sébastien Destremau, participante en las ediciones 2016 y 2020 de la Vendée Globe y casualmente navegando por esas aguas en un transporte a las Antillas.
El ritmo habría de seguir con estos parámetros hasta llegar y cruzar los Doldrums ecuatoriales entre mediados y finales de esta semana. La habilidad, y también la suerte, repartirán de nuevo las cartas en la ruta hacia Buena Esperanza.