Cala Castell: Aislada de todo y de todos
La población más cercana por tierra (Pollença) está a más de dos horas caminando y los Ports de Pollença o de Soller quedan a cerca de 20 millas por mar. En lo alto de un risco junto a Cala Castell están las ruinas de uno de los últimos bastiones de la resistencia musulmana. La finca de Son Ternelles, donde se ubica esta cala, es propiedad de la familia March, que ha salvaguardado la virginidad urbanística de este enclave. Los fondos son irregulares y hay que acercarse con cuidado al fondear en esta cala al norte de la costa de Tramontana. Tampoco hay señal telefónica, ni de voz. Una cala realmente aislada. Una maravilla.