Noray 43

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Nacido en alta mar

El prototipo del Noray 43 fue el “Ilusión”, un velero que, capitaneado por Enrique Vidal, participó en 1979 en la Parmelia Race, una regata entre Plymouth y Fremantle con escala en Ciudad del Cabo que conmemoraba los 150 años del establecimiento de los ingleses en la costa oeste australiana.

En su presentación, allá por 1979, el Noray 43 llegaba como la lógica evolución y aumento en eslora del Noray 38. Ambos estaban construidos según planos de Javier Visiers, a su vez máximo responsable de este astillero catalán con sede en Santa Coloma de Cervelló (Barcelona) y que cerró sus puertas a mediados de los ochenta.
Tanto el Noray 38 como el 43 compartían unas líneas exteriores atractivas y bastante intemporales, unas prestaciones más que honestas, una construcción de calidad y unos acabados bastante detallistas. Estas cualidades siguen siendo el puntal de su buena valoración en el mercado de ocasión.
Todo y así, cualquier velero de más de 40 pies y con 30 años por su popa que no haya sido correctamente mantenido y puesto al día por sus sucesivos propietarios puede ser un pozo sin fondo para un armador incauto en el mercado de ocasión.
Más allá de un casco y una estructura en correcto estado, la actualización de unas instalaciones deficientes de agua, electricidad, mecánica o maniobra pueden suponer unas inversiones importantes que hay que valorar con detenimiento.

Un casco probado a fondo
Los orígenes del Noray 43 hay que buscarlos en la regata de altura. El prototipo de este modelo fue el “Ilusión”, un barco que, capitaneado por Enrique Vidal, participó en la Parmelia Race, una dura competición con un recorrido alrededor del mundo por los océanos australes.
A partir del satisfactorio comportamiento del “Ilusión”, Javier Visiers, tripulante del barco durante la regata, convirtió el prototipo de altura en la versión definitiva del Noray 43 para el crucero. El Noray 43 estuvo en el catálogo de Astilleros Lepanto hasta mediados de los ochenta.
Una importante diferencia entre el Ilusión y el Noray 43 era el material de construcción. Mientras en prototipo estaba construido en aluminio, el Noray se laminaba con fibra de vidrio.
Los métodos de construcción de astilleros Lepanto, cercanos a la artesanía, eran y siguen siendo una garantía de calidad de sus modelos. Los cascos tenían gruesos de fibra considerables en las zonas de mayor esfuerzo. Tanto la cubierta como los mamparos estructurales están sólidamente laminados al casco, haciendo de estos barcos una base de confianza para cualquier rehabilitación.

Clasicismo confortable
El Noray 43 estaba disponible con aparejo sloop y queche y se puede hablar de un reparto bastante equitativo de los armadores que se decidieron entre ambas versiones. En total y en los cinco años en los que estuvo en producción se construyeron aproximadamente una veintena de unidades. Aparte de las diferencias de aparejo, la versión queche llevaba bañera central y una distribución interior con sendos -y amplios- camarotes/suite en cada extremo del barco.
La versión sloop (habitualmente aparejada en cutter), con su bañera en popa, es la que mostramos en estas páginas. Se ofrecía con algunas variantes en la distribución interior según las personalizaciones que cada cliente solicitaba al astillero. La unidad que vemos fotografiada es la versión con dos cabinas dobles bajo la bañera, con dos literas individuales cada una y compartiendo un pequeño aseo central.
La distribución interior del Noray 43 era la habitual de la época en esta eslora. A lado y lado de la -empinada- escala de entrada se sitúan la zona del navegante y la cocina. La cocina tiene forma en “L” y dispone de doble fregadero y nevera de apertura superior, integradas en ambas un contramolde. No es el sistema más cómodo para eventuales refits de los fregaderos ni de las encimeras.
La zona del navegante es inusualmente amplia para lo que hoy se estila en barcos de 13 metros. Pero los tiempos cambian y la enorme superficie habilitada para desplegar cartas de papel, sería hoy más útil en forma de un panel donde empotrar pantallas LED. Por suerte, el espacio alrededor de la mesa de cartas es sobrado.
El salón/comedor ocupa la parte central del barco. En el diseño original de esta estancia había previstas hasta 5 literas entre los bancos y los laterales del casco. Con los años, la mayoría de Noray 43 han reconvertido estas literas de “guardia” se han en taquillas o estantes.
Agradable a la vista y muy acogedor gracias a la profusión de madera, el salón no destaca por su tamaño, su luminosidad ni por su ventilación natural. Tan solo cuenta con un tambucho en el techo y unos pequeños paneles fijos de metacrilato en los laterales. La falta de luz natural no es un problema muy grave navegando en verano por el Mediterráneo. Hay días que incluso se agradece. Pero la falta de ventilación se hace dura cuando aprieta el calor.
A proa del salón están el baño principal y el camarote del armador. El baño es suficiente en dimensiones, pero menor de lo habitual en un moderno 43 pies. Su principal problema, mirándolo con criterios actuales, es la falta de ducha separada, inconveniente que se agrava considerando el precioso -y delicado- recubrimiento de madera de sus paredes.
El camarote de proa, con su clásica litera en “V” con abertura/asiento central practicable, es muy agradable en su decoración, con un elegante alistonado de madera en los laterales y unos armarios laterales de buenas dimensiones.
La carpintería interior del Noray 43 es globalmente correcta en sus materiales y acabados. No hay grandes alardes de ebanistería en la puesta en escena, pero se agradecen detalles como las rejillas de ventilación en todos los armarios, las abundantes molduras macizas de acabado o los forros omnipresentes en todos los fondos de taquillas.
En cualquier caso, después de veinte años en el agua, lo que más pesa en aspecto de los interiores de cualquier barco son el mantenimiento y la puesta al día a lo largo del tiempo. Más incluso que la calidad original.
Repasando la unidad que hoy traemos a estas páginas se aprecian una serie de personalizaciones en el salón, reconvirtiendo las antiguas literas de los laterales en estantes y taquillas. Arreglos diversos también se hacen patentes en distintas partes del barco, poniendo de relieve el mimo puesto en su cuidado. A nivel de carpintería, las únicas notas discordantes son algunos chapados con huellas de humedad y/o abombamientos, un problema superficial –aunque engorroso de solucionar- que afecta a muchos barcos de cierta edad.

Cubierta y navegación
En cubierta, el Noray 43 entra por derecho propio en la categoría que los anglosajones definen como Modern Classic. Por un lado, la edad del diseño se nota en el importante lanzamiento de proa, en la popa relativamente estrecha, en la suave pendiente del techo de la cabina, la disposición en “T” de los cómodos bancos de la bañera, la única rueda de timón o la ausencia de plataforma de popa. Pero el barco ya incluye algunas modernidades, como los winches ST o la maniobra del palo reenviada a la -pequeña- bañera por el techo de la cabina.
Pocos reproches pueden hacerse a las prestaciones del Noray 43. Sus dos metros de calado y los 4.000 kilos de la quilla trapezoidal (9.500 de desplazamiento) siguen siendo una excelente combinación para remontar el viento incluso con ventolinas, circunstancias donde el barco despliega más de 90 m2 de velamen en ceñida en su estilizado aparejo a tope de palo con dos pisos de crucetas transversales.
Con vientos y olas de más envergadura, la suave y constante “V” de la obra viva, sumada a la profunda pala de timón con skeg completo se convierten en un plus de comodidad y estabilidad de rumbo.
Navegando contra el viento, muy pocos veleros de reciente hornada enseñaran su popa al Noray 43. Con vientos portantes, el Noray se defiende de forma honrosa con vientos suaves y medios, pero su diseño de casco no lo tiene fácil para entrar en planeo sobre las olas.

Precios y oportunidades
No es raro encontrar algún Noray 43 a la venta en el mercado de ocasión y vale la pena interesarse por este modelo. El punto de partida del barco es muy alto en lo que concierne a los materiales y métodos de fabricación empleados en su día. El Noray 43 es un velero singular, agradable a la vista y relativamente moderno de diseño de casco, de distribución interior y de cubierta. Su calidad de navegación apenas merece crítica y los interiores están acabados con un mimo que se ha vuelto muy raro de encontrar en los modernos barcos de serie.
Pero como siempre ocurre en veleros con más de tres décadas por la popa, antes de decidir la compra de un Noray 43 se han de repasar detenidamente todos los rincones del barco, analizando y valorando una a una las actualizaciones a realizar. Un precio de salida tentador puede esconder una serie de deficiencias muy costosas de reparar. Y en estas esloras, las visitas al varadero resultan caras y los amateurs tienen poca cancha técnica en la mayoría de intervenciones.

La Parmelia Race
La Parmelia Race toma su nombre del Parmelia, el barco con el que los primeros 67 colonos partidos de Plymouth (sur de Inglaterra) llegaron a Fremantle (costa oeste de Australia) en junio de 1829, estableciendo su campamento en el cercano Swan River.
La regata se celebró únicamente en 1979 para conmemorar los 150 años de esta llegada y el recorrido de la competición eran las 11.350 millas entre Plymouth y Fremantle, con escala en Ciudad del Cabo.
Hasta ¡38 barcos! de ocho países participaron en esta prueba, que en su momento se convirtió en la regata de mayor distancia disputada hasta la fecha. Del éxito de la Parmelia Race nacieron la Whitbread, la Vendèe Globe y otras regatas multi-transoceánicas que vinieron después. Pero esto ya son otras historias.
La Parmelia Race se disputó en dos categorías; 25 barcos competían en la Categoría Open y los otros 13 en IOR. Las normas en la categoría Open eran bastante singulares, pues se trataba de llegar a destino exactamente a las 11:00 del 25 de noviembre de 1979 y cada barco escogía el momento que creía más oportuno para su salida.
Entre los IOR, que regateaban de forma tradicional, el vencedor en tiempo real fue el 75’ Siska, con Rolly Tasker a la caña, mientras que Skip Novak y su Independent Endeavour ganaron en tiempo compensado.
El velero francés Anitra II naufragó cerca de la llegada al chocar con unos bajos en la isla de Rottnest. Su casco fue rescatado e incluso se expuso en el museo local durante un tiempo.
La participación del “Ilusión” cumplió su principal objetivo, que era llagar sanos y salvos a Fremantle sorteando los peligros del mar y de una vida a bordo que no estuvo exenta de algunos roces. A bordo se estrenaban en la navegación de altura algunos de los tripulantes que luego fueron piezas clave en la navegación oceánica española en los también legendarios Licor 43, Fortuna, . . .

Principales características
Modelo: Noray 43
Constructor: Astilleros Lepanto
Diseñador. Javier Visiers
Años de fabricación: 1979 – 1984
Eslora total: 13,00 m.
Eslora de flotación: 10,40 m.
Manga: 3,84 m.
Calado: 2,01 m.
Desplazamiento: 9.500 kg.
Lastre: 4.000 kg.
Sup. vélica: 92 m2
Documentación técnica: BRICOMAR