Evasión 32

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Cien por cien “fifty”
Diseñado a mediados de los setenta por André Bénéteau, el Evasión 32 era el barco almirante del astillero de Saint Gilles cuando fue presentado. La gama Evasión fue el embrión de los Oceanis, uno de los actuales puntales del astillero francés.

Cuesta pensar que, en el momento de su aparición (1974), el Evasión 32 era el modelo de mayor eslora en el catálogo de Bénéteau, cuando hoy la gama Oceanis prácticamente empieza en los 32 pies. El nuevo modelo era un paso adelante en el Evasion 28 y a su lado, en el astillero de Saint Gilles prácticamente sólo se construían pequeños veleros y motoras de 4 a 6 metros.
No fue hasta bien entrado 1977 cuando se presentó el primer Antares (7,80 m.) y –sobre todo- el First 30, un velero que cambió el horizonte de esta marca y casi se podría decir de la náutica de recreo moderna. Situándonos en esa perspectiva, los 9,70 metros de eslora del Evasion 32 se han de ver como una invitación al crucero de altura y su aparejo de dos palos una garantía de facilidad de maniobra con cualquier viento o mar, incluso con tripulación reducida.
El Evasión 32 fue diseñado por el recientemente desaparecido André Bénéteau. Sus formas de casco son típicamente fifty, con una quilla corrida de proa a popa, un buen lanzamiento de proa y una popa recta, al estilo de los pesqueros nórdicos. Releyendo los comentarios de la prensa especializada francesa sobre la presentación de este modelo, hubo un unánime aplauso al lujo de acabados que representaba el Evasión 32 sobre los estándares en esa época. El barco tuvo mucho éxito, como demuestran las casi 300 unidades fabricadas en los siete años en los que estuvo en producción.
Las carenas “fifty” o polivalentes, hoy bastante en desuso, estaban muy en boga en los años setenta. Este tipo de barcos representaban una garantía de comodidad y seguridad para muchos aficionados que, viniendo del motor, se estrenaban por entonces en la vela de crucero y no querían prescindir de la fiabilidad de una potente mecánica.
La simbiosis vela/motor tiene otro punto de encuentro en la doble timonería. En el Evasion 32, el patrón puede gobernar el barco con la caña en la bañera cuando el tiempo es clemente, pero siempre está el timón interior para mantenerse a resguardo cuando las cosas se ponen feas.
Al no tener camarotes en popa, el Evasión basa su acomodación en la mitad de proa del barco. Como literas, tenemos una cama doble que se consigue al bajar la mesa del salón que, a su vez, es la mesa de cartas. Más a proa, a un lado del pasillo hacia el camarote del armador, hay una segunda litera doble algo más pequeña (1,20 m. de ancho), en una estancia originalmente prevista como segundo salón y luego está el camarote principal, ocupando el triángulo de proa.
El número de literas del Evasión 32 es similar a veleros de su misma eslora y edad, disfrutando de tres estancias bastante amplias para un 9,70 metros. Donde el barco queda corto es en capacidad de estiba de efectos personales. El solitario mueble armario con tocador y cajones junto la cabina de baño es insuficiente para el ajuar de seis personas en crucero.
La distribución, hay que decirlo, resulta bastante inusual. Pero incluso reservando el salón como camarote ocasional, el barco se muestra agradable para unas vacaciones de una pareja con dos niños. La cabina de baño en el lateral a proa del salón es correcta de dimensiones para la eslora del barco. Y la cocina, a lo largo del comedor, se hace simpática por su perfecta comunicación con la bañera y con el salón, sin olvidar la espectacular luminosidad y ventilación naturales que disfruta esta estancia con 1,90 m. constantes de altura de techo.

Comprar un Evasion 32 en el siglo XXI
Comprar un barco con tres décadas por su popa requiere ciertas dosis de masoquismo, indulgencia y sentimentalismo. La recompensa final es el orgullo de navegar en un barco único, un placer similar al que sienten los propietarios de un One Off.
Hacerse con un Evasión 32 requiere asumir que -salvo unidades muy contadas- se habrán de dedicar muchas horas y dinero a la puesta al día del barco. Todo (como ocurre en cualquier barco de los años 70) es susceptible de requerir arreglos. Desde los barnices a los cables eléctricos y desde los obenques al motor.
El futuro propietario de un Evasión 32 también ha de renunciar de antemano a cualquier comparación en prestaciones con un velero moderno de su misma eslora. Estamos ante un barco poco amante de las ceñidas a rabiar ni de las ventolinas. Una superficie vélica de 48’5 m2 para 5.750 kg de desplazamiento no dan para más. El Evasión 32 sólo mostrará su potencial de velocidad con vientos abiertos y sostenidos.
En el lado positivo - también extenso- este Benétéau tiene un paso por la ola suave y estable en toda circunstancia gracias a las marcadas formas en “V” de su carena. La bañera también es especialmente grande y acogedora. Con respaldos altos, bancos cómodos y de buen drenaje, sin mesas ni bitácoras que entorpezcan el paso y con cuatro buenos cofres (dos en los bancos y dos más a popa) para todo tipo de estiba.
La circulación hacia proa se hace muy ágil. La forma rectangular y deliciosamente anticuada de la sobre-estructura tiene bastante que ver con ello. Estas mismas formas cuadradas también habilitan un perfecto solario sobre la cabina, si olvidar que las paredes verticales son las que mejor dejan circular el aire y también las que mejor impiden la entrada de los rayos de sol en verano.
La última gran cualidad de este barco es que la bañera y el salón están casi a nivel, apenas separados por dos pequeños peldaños. La ubicación del motor sobre la quilla permite bajar el nivel de la bañera, obligando a su vez a subir el suelo del salón y a desplazar toda la acomodación a proa del salón. El resultado es intemporalmente cómodo, ya sea navegando o en fondeo. Prueba de ello es que Benétéau ha “reinventado” el planeamiento de distribución interior del Evasión 32 en su actual gama Sense, que tanto éxito está teniendo desde su presentación en 2010. Y es que las modas van y vuelven.

Precios y oportunidades
Treinta años largos después de su presentación, cualquiera de los 286 Evasion 32 que se construyeron habrá tenido un buen puñado de propietarios y cada uno de ellos habrá aportado su grano de arena en su mantenimiento y actualización. En caso contrario, pocas veces será económicamente rentable invertir en la rehabilitación de uno de estos barcos. Estaríamos hablando de reconstruir un barco desde su quilla y casco (óxido, osmosis, pintura) a la perilla del palo (maniobra, jarcia, velas, electrónica, etc.) pasando por los interiores (agua, luz, motor, carpintería, tapicería, etc.). El presupuesto sería injustificable, lo cual no quiere decir que no fuera razonable desde un punto de vista sentimental.
El Evasión 32, como no podría ser de otra manera en un Benétéau, recurre al contramolde integral en su construcción, todo y que cuesta ver asomar al plástico tras el mobiliario. En los años 70 aun no se habían inventado las cabinas de baño ni los camarotes de proa moldeados de una pieza, ni existía ningún Benétéau -de lujo- con sus salones enteramente preformados con bancos y base del piso de fibra.
(por: E. Roselló // publicado sept. 2009, actualizado feb. 2012)

Principales características
Modelo: Evasión 32
Constructor: Bénéteau
Diseñador: André Bénéteau
Años de fabricación: 1974 – 1981
Unidades producidas: 286
Precio en 1977: 20.000,- € (aprox.)
Eslora: 9,70 m.
Eslora flot. 7,30 m.
Manga: 3,- m.
Calado. 1,40 m.
Mayor: 14,20 m2
Gén. ligero: 28 m2
Gén. pesado: 20,50
Mayor de mesana: 6,30 m2
Sup. Vel. total: 48, 5 m2
Desplazamiento: 5.750 kg.
Lastre: 1.800 kg.
Motor estándar: 30, 36 ó 55 CV
Literas: 6
Documentación Técnica: BRICOMAR