Primera prueba: Bénéteau Oceanis Yacht 62
El volumen elevado al cubo
(15/ene/17) Primer modelo de una nueva gama de Bénéteau en las esloras superiores, los Oceanis Yachts quieren seducir a los armadores de los ‘pequeños’ Oceanis ofreciendo una estética y detalles de distribución y decoración novedosos. Las grandes esloras (55+ pies), antiguamente patrimonio de astilleros especializados, son hoy en día las gamas más rentables y mimadas por todas las marcas generalistas.
El diseño del Oceanis Yacht 62 destaca de entrada por su maciza silueta. La ancha popa, las voluminosas brazolas, el alto francobordo o la sobrecabina de trazos cuadrados y llegando más a proa del palo le dan a este velero un aspecto masivo que contrasta con las estilizadas producciones italianas en esta talla de barcos.
El OY62 tiene una pequeña ventaja inicial en precio con su directa competencia (Dufour 63, Hanse 675, Jeanneau 64, . . . ). Su eslora es la más contenida entre estos modelos ‘generalistas’, pero su tarifa base (650.000 €) ronda también un 20% a la baja. Puede parecer un cinismo hablar de ahorro en barcos que rondan el millón de euros, pero en estas esloras los armadores también repasan las facturas y los ‘pequeños’ diferenciales en opciones suelen ser de miles de euros. El OY62 probado, por ejemplo, subía a 1.077.777 € contabilizando su larga lista de extras.
El OY62 se enmarca en una talla (18 m.) donde antiguamente era obligada la marinería profesional. El barco aun contempla esta posibilidad con su cabina opcional a proa con entrada desde la cubierta, pero el foque enrollable y autovirante, la mayor enrollable, la hélice de maniobra y los winches eléctricos hacen del OY62 un velero perfectamente accesible a la estricta navegación familiar. En el gabinete Berret/Racoupeau han diseñado el barco pensando en los armadores particulares, como demuestra la concepción de la bañera, de la mesa de cartas o de la cocina.
La bañera, salvando sus dimensiones acordes a la talla del barco, es de concepción clásica, con una zona de relax con bancos y doble mesa a proa de las ruedas, y la maniobra rondando la zona del timonel. Bravo en primer lugar por un detalle tan simple como raro: el OY62 ha previsto asientos mirando a proa para los pasajeros, con un respaldo a proa de las ruedas que se hace especialmente confortable la navegación. Bravo también por la profusión de asideros por todo el barco, tanto en cubierta como en el interior. Los decoradores interioristas siempre pugnan por eliminar de la vista estos ‘feos’ accesorios y se agradece que en este velero no se hayan salido con la suya.
La vocación de farniente del OC 62 es profusa, con solarios sobre la cabina a banda y banda de la entrada, otro par a proa del palo. Cada lado de la bañera de proa también puede convertirse en solario doble y hasta el tercio de proa de la cubierta es plano y perfecto para tomar el sol. Para protegerse del astro rey, el OY62 propone el clásico toldo bimini, pero también un “T” top rígido con toldo corredero.
Y tampoco falta la cocina exterior (opcional), últimamente obligada en todo velero de cierto porte. En el OY62 se escamotea en el bloque de popa; entre las ruedas. Sus quemadores son eléctricos y cuenta con fregadero y hasta luz. Personalmente me parece un accesorio incómodo que obliga a trajinar arriba y abajo comida, platos, utensilios, cubiertos y complementos de limpieza. En el OY62 se aparenta, además, muy complicada de limpiar tras su uso. Pero las modas no atienden a razones.
Maniobra para el crucero familiar
Empezando por el botalón integrado en proa, con arraigo para el Code 0 o el asimétrico y roldana para una sencilla gestión del ancla, la maniobra de OY62 busca en todo momento facilitar su manejo a las tripulaciones cortas de brazos.
Las tripulaciones de la tercera edad también estarán de enhorabuena con las múltiples posibilidades de enrollar y motorizar la maniobra. Estas posibilidades empiezan en el génova y siguen con el molinete, la trinqueta, el foque autovirante, la mayor, los winches de la bañera, la cocina exterior, la plataforma de popa y hasta la pasarela, sin olvidar la hélice de proa en el equipo estándar.
Entendiendo la facilidad de circulación como un plus en la facilidad de maniobra, el OY62 recibe otro aplauso, destacando también la comodidad de asiento que procuran los ángulos rectos de su sobrecabina y la agradecida combinación de altos candeleros y tapa de regala integrada.
Pero la ergonomía juega alguna mala pasada. Los winches primarios (escota de génova) quedan tan pegados al timonel que ha levantarse de su asiento para manejarlos. Los winches secundarios, incluyendo toda la maniobra del palo, quedan encajonados entre las brazolas y las ruedas y se hacen inconfortables de manejar tanto para el patrón como para los tripulantes. Suerte que también pueden ser eléctricos, aunque el botón solo sea accesible desde popa de las ruedas. Una ergonomía francamente mejorable.
Las marcas de acastillaje que intervienen en la maniobra del OY62 son de primera línea (molinete Lewmar, mordedores Spinlock, winches (Radial) y poleas (ESP) Harken), pero en un velero de este empaque no estaría de más subir un escalón en las gamas escogidas, llegando a los winches todo inox, las poleas con rodamientos o los mordedores de última generación.
Un derroche de volumen interior
El concepto de velero familiar sigue presente en el interior del OY62. A pesar de sus 19 m. de eslora, este velero mantiene su cocina adosada al salón, la lavadora y el cubo de la ropa sucia un poco más a proa y la mesa de cartas -más bien despacho- a la vista y sin un mamparo que le aporte intimidad. No es una distribución pensada para una marinería Pro e invitados de postín, sino para una familia cómodamente instalada en sus vacaciones.
Bénéteau propone tres o cuatro cabinas dobles y dos o tres baños completos en la distribución. El armador siempre cuenta con su amplia suite en proa y no está prevista (de momento) la posibilidad de la doble o triple cabina en proa para una comercialización del barco en modo chárter. Lo que sí está previsto es la opción de cabina doble para la marinería (o los hijos adolescentes) a proa.
Comparando los acabados del OY62 con las gamas Oceanis que le preceden en eslora hay pocas diferencias en los métodos de construcción por contramolde y en la decoración a base de paneles chapados módulos prefabricados, disponibles en varias tonalidades de corte clásico o de contrastes más modernos.
El OY62 aporta un plus sobre los Oceanis de menor eslora en el grueso en los cojines y en pequeños detalles de la decoración y la iluminación. El resultado, que Bénéteau domina con maestría, es agradable a la vista y resulta –relativamente- económico tratándose de un velero de considerable eslora.
Un aplauso a la amplitud de visión al exterior desde dentro del barco. El gran cintón negro perimetral en el casco esconde unas aberturas de metacrilato que dan bonitas vistas al mar desde todas las estancias, incluida la cocina, los baños y hasta por la popa de los camarotes traseros. Como añadido, los laterales de la sobrecabina son pequeños y verticales, evitando las entradas del sol veraniego en las horas centrales del día. Todo un acierto.
En navegación
Probamos el OY62 en Port Ginesta (Barcelona), en un día otoñal y lluvioso con un viento de levante rolón oscilando entre los 7 y los 13 nudos. Salvando la lluvia, es un rango de viento habitual en las brisas veraniegas del mediterráneo.
La primera y rápida conclusión de navegación es que la ancha y voluminosa carena del OY62 no es muy amante de las ventolinas, de las ceñidas ni de las olas cortas. Con menos de 8 nudos de viento real, al barco le cuesta arrancar en ceñida con su foque y el GPS llegaba a unos justos 5 nudos de velocidad con el viento entre 7 y 9 nudos navegando entre 40° y 45° del viento aparente.
El tema se animó considerablemente desplegando el Code 0 en laminado D4 de Incidence Sails (como el resto de las velas del barco) que la unidad de pruebas llevaba como opción. El OY62 ganó alegría y con el viento punteando hasta los 10 nudos de TWS, la velocidad GPS rondaba entre 6 y 7 nudos. Es casi paradójico que una vela como el Code 0, inventada para exprimir las prestaciones por los racers más competitivos, sea hoy la opción más recomendable para disfrutar de la navegación a vela con un crucero familiar. Manteniendo izado el Code 0 y navegando en rumbos entre el 45 y el 60 del AWA y el viento subiendo hasta los 13 nudos de TWS, la velocidad se mantenía entre 7 y 8 nudos, superando puntualmente esta cifra.
Las sensaciones a la caña son pocas, en el sentido de que las ruedas tienden a ser muy neutras en todas las condiciones que probamos. Más que un defecto, esta neutralidad es una buscada cualidad del OY62, que mantiene su estabilidad de rumbo en toda condición. El diseño general del barco prima este equilibrio, con una quilla relativamente larga y poco profunda para la eslora, las superficies de foque y mayor equitativamente repartidas y una doble pala de timón que garantiza el control de rumbo con cualquier escora.
A motor y con el Yanmar de 160 CV, el OY62 mantiene los 7/7,5 nudos en régimen de crucero (1.800/1.900 rpm), superando los 9 nudos en velocidad punta. La unidad de pruebas llevaba una hélice de 4 palas.
por: Enric Roselló
fotos: Guido Cantini, Nicholas Claris y Enric Roselló
Características: LOA: 19,07 m., HL: 18,12 m., WL: 17,29 m., BMAX: 5,33 m., Cal.: 2,90 m. (opc. 2,30 m.), Desp.: 24,1 T., Peso orza: 5.900 kg (quilla corta 6.800 kg.), Mayor: 94,30 m², Foque 105%: 87,60 m², Asimétrico: 250 m², Trinqueta: 38,70 m², Gasoil: 1.000 l., Agua: 1.060 l., Sup. vél.: 184,30 m², Motor: 160 CV, Precio base: 650.000 €, Diseño: Berret-Racoupeau Yacht Design, Interiorismo: Andreani Design. (www.beneteau.com)
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