Primera prueba: Beneteau Oceanis 34.1
El crucero familiar en su versión más tranquila y habitable
(21/ene/22) El Oceanis 34.1 llega para sustituir al Oceanis 35 de 2015. El nuevo modelo estrena la firma de Marc Lombard en esta eslora (Finot/Conq en el OC35) y mantiene la de Nauta Design en el estilismo y distribución interior, a todas luces más convencional que las propuestas tipo loft de la anterior gama Oceanis.
El OC 34.1 reduce la eslora de casco (de 9,99 a 9,96 m.), de flotación (de 9,70 a 9,50 m.) y también la manga (de 3,72 a 3,57 m.) respecto al OC35 que sustituye. La eslora máxima sube de 10,45 a 10,77 gracias al botalón fijo y el desplazamiento también sube sus kilos en el nuevo modelo, pasando de los 5.207 kg. del OC35 a los 5.470 kg. del nuevo OC34.1, que estrena la doble pala de timón y aumenta ligeramente su superficie vélica estándar, pasando de los 54 m² del OC35 a los 57,2 m² del OC 34.1.
El nuevo Beneteau consigue afinar con gracia su silueta exterior jugando estéticamente con el botalón y los paneles fijos longitudinales sobre la cabina. No es fácil combinar 2,60 m. de manga en más de dos tercios del barco, una altura interior de techo de casi 2 metros y un casco de menos de 10 metros de eslora evitando que el resultado sea muy abultado a la vista.
El OC34.1 es un calco del Jeanneau Sun Odyssey 349 tanto en el casco como en la distribución interior. Esta dualidad entre las grandes marcas hermanas francesas parece que se ha instaurado como tendencia en el Grupo Beneteau, que iniciaron este tipo de hermandad empresarial en el Jeanneau 410/Oceanis 40.1.
Un diseño moderno
El casco del OC 34.1 tiene su entrada de aguas tulipada para minimizar la eslora de flotación con ventolinas, al tiempo que busca mejorar el paso por la ola en toda circunstancia. Esta modernidad de diseño añade además volumen a la cabina de proa e inicia desde la proa hasta la popa un pantoque vivo que mejora el asiento del casco con la escora, incrementando de paso la habitabilidad en todo el interior.
Como arboladura, el OC34.1 se propone con un mástil de aluminio con un piso de crucetas muy anguladas y sin back-stay. De serie viene con mayor clásica de 31 m² y foque autovirante de 18 m². Como opciones están la mayor enrollable de 26 m² y la versión First Line, con maniobra mejorada en algunos puntos, incluyendo un enrollador Flatdeck para ganar 1 m² de superficie en el foque y mayor con puño ‘quadro’ que sube su superficie a 34,70 m².
Otra opción es la quilla elevable, pasando de 1,25 a 2,55 m. en un apéndice sin bulbo (bulbo en “L” a 2,00 m. en las quillas fijas) y de escaso arrastre hidrodinámico.
La maniobra concentra drizas y otros cabos del palo en los winches sobre la cabina, reservando los winches cerca del timonel para las escotas de mayor y génova. El sistema es adecuado para el programa del barco, añadiendo como plus a la facilidad de maniobra los solo 90 cm. de altura de la botavara a sobre cubierta, que facilitan el izado y arriado de la mayor.
En el lado negativo, los sistemas de escota de foque y de mayor no me convencen. El foque dispone de un barber con roldana de fricción que se ajusta en altura para variar el ángulo de tiro de la escota. El conjunto no es muy versátil de uso. Además, entre el aparejo del barber y las escotas de mayor tipo ‘alemán’ se forma una telaraña de cabos junto al palo que incomoda la circulación proa-popa.
Un segundo inconveniente en la maniobra de labor son las poleas de la escota de la mayor. Una pata de gallo las sobre-eleva de la cubierta para habilitar espacio a la capota antirociones (opcional) y quedan entonces apiñadas bajo la botavara minimizando su funcionalidad. Tampoco hay posibilidad de desventar la mayor con un sistema de carro de escota. Creo que ambos sistemas de escota merecen un replanteamiento.
En general, el diseño de cubierta está bien resuelto. El puesto de gobierno es algo justo en espacio su especio para las piernas, pero resulta razonablemente cómodo tanto sentado como de pie y hay buen panel para la electrónica en las bitácoras. Los pies no llegan al travesaño de apoyo manejando desde las bandas, un inconveniente fácil de subsanar.
Los bancos de la bañera son largos y ofrecen un buen respaldo, pero no me convence el diseño biselado de la sobrecabina en la bañera, que incomoda el apoyo de la espalda mirando la estela, impide una buena visión hacia popa desde las escotillas de los camarotes y entorpece la funcionalidad de winches y mordedores sobre la cabina. Solo la estética juega a favor de este bisel.
La zona de proa es ejemplar para un barco de esta eslora. El botalón queda bien integrado en el diseño, el molinete está protegido bajo la tapa del –enorme- cofre de anclas y solo la roldana del ancla –ligeramente descentrada de la crujía- desentona un poco en el conjunto.
Comportamiento en el agua
Las prestaciones no son el punto fuerte de este velero. Si el anterior OC35 ya flojeaba en su alegría navegando a vela, el nuevo Oceanis 34.1 es aún más tranquilo.
Las polares previstas por el diseñador ya previenen de esta tranquilidad y –sobre el papel- el OC 34.1 necesita hasta 25 nudos de viento al largo (135° a 150°) para superar los 9 nudos, unas condiciones de viento que pocas familias afrontan voluntariamente en sus vacaciones.
Con 14/16 nudos de viento real, la corredera no llega a los 8 nudos en ningún rumbo ni combinando el Código 0 y la mayor con puño cuadrado. Y en condiciones más ‘familiares’, entre 8 y 12 nudos de viento, el barco solo supera ligeramente los 7 nudos de SOG con el vientos al través y el Código 0 arriba. Las cifras de velocidad previstas con la combinación mayor/foque de serie y 4/6 nudos de viento, más vale ni comentarlas. Mejor poner en marcha el motor.
En la prueba que hicimos en el agua con el OC334.1 pudimos confirmar la veracidad de los datos previstos en las polares. Con los 9/11 nudos que soplaban de viento real, solo conseguimos ver el 7 en la corredera de forma ocasional izando el Código 0 al través. Con el génova 106% y en rumbos más cerrados, las cifras de velocidad oscilaban entre 4 y 5 nudos, llegando ocasionalmente a 6 nudos en los rumbos más abiertos.
Las sensaciones al timón son muy neutras y el barco parece que tiene el piloto automático permanentemente conectado, tal es su estabilidad y control de rumbo. Los responsables de Beneteau me comentaban que esta ausencia de sensaciones en la caña es lo que piden la mayoría de los actuales clientes de la gama Oceanis. Y la mayoría siempre tiene razón.
Desde el puesto de mando, la visibilidad hacia proa es total. Sentado en las bandas, aunque los pies no lleguen al travesaño de apoyo previsto en el suelo, la posición es cómoda. Timoneando de pie, el espacio proa/popa se hace un poco justo y las pantorrillas rozan molestamente con el banco que, afortunadamente, se desmonta con suma facilidad.
Máximo volumen interior
El volumen y distribución interior, prácticamente calcados al Jeanneau Sun Odyssey 349, son el punto fuerte del nuevo Oceanis. El gabinete Nauta propone dos o tres cabinas dobles y una altura de techo a pie de escala que ronda 1,85 metros. En caso de optar por la versión de dos cabinas, el baño gana una zona de ducha compartimentada y mayor profundidad en el cofre de la bañera. La luminosidad interior y la facilidad de circulación han sido especialmente cuidadas, con cuatro aberturas fijas en el casco y dos practicables en el techo. La ventilación es más precaria, pues el salón solo dispone de un tambucho cenital y un pequeño portillo sobre la cocina.
La cocina en “L” queda a estribor de la entrada y es muy correcta en su tamaño, distribución y capacidad de estiba, con buenos detalles para el día a día, como el compartimento de basura con doble cubo, los retenedores en los estantes o el cajón para cubiertos.
La zona de navegación/despacho se ubica a proa del panel de la cabina de baño y la mesa se abate fácilmente contra este mismo panel para recuperar longitud en los bancos del salón, convertibles en dos literas suplementarias. No es una mesa sobrada de tamaño, pero se hace querer gracias a sus prácticos estantes superiores y al panel lateral para empotrar electrónica.
Las cabinas de popa son grandes para la eslora del barco y tienen además una notable capacidad de estiba. El camarote del armador, ocupando el triángulo de proa y con una altura de techo ya más limitada, ofrece armarios en las bandas y una superficie de suelo que permite vestirse con razonable comodidad. Los interioristas lo han dotado de una puerta de doble batiente para darle continuidad espacial con el salón.
Entre las tres cabinas dobles y los bancos del salón, hasta 8 personas pueden pernoctar a bordo, sentarse alrededor de la mesa o comer sin estrecheces en la mesa exterior, una prestación hasta ahora muy rara en un velero de 10 metros.
La carpintería en general, con laminados con chapado sintético tono roble o nogal, es realmente sencilla en sus acabados en todas las estancias del barco. Los marcos de las puertas y los remates de los muebles principales están hechos con un composite muy simplista, los herrajes de puertas y cajones son de gamas de primer precio, hay demasiados cantos a la vista sin remate en el mobiliario y los ensamblados de la carpintería son muy austeros en su facturas. La decoración y el acabado interior son funcionales, pero no tienen el menor destello calidez o de glamur. Es un apartado muy mejorable en este nuevo Oceanis.
Características: LOA: 10,77 m., HL: 9,96 m., WL: 9,50 m., Manga: 3,57 m., Calado: 2,00 m. (std.), 1,65 m. (corta), 1,25/2,55 m. (elevable), Desp.: 5.470 kg., Quilla: 1.580 kg. (larga) 1.860 kg (corta), Motor: 21 CV, Gasoil: 130 l., Agua: 231 l (opc. +200 l.), Mayor: 31 m² (std), 26 m² (enrollable), 34,70 m² (Performance), Foque autovirante: 18,30 m², Génova 106%: 26,10 m², (27 m² con enrollador Flatdeck), Code 0: 40 m² m², Precio base: 22.000 €, Diseñador: Marc Lombard, Interiorismo: Nauta Design. (www.beneteau.com)
Por: Enric Roselló
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