Salón Náutico de Barcelona 2021: Una de las ediciones más flojas de la historia

Mar Abierto - Los barcos han sido la mayor atracción en Barcelona, todo y dismin

(18/oct/21) Se pueden buscar excusas en la pandemia, en la crisis del sector o en el sexo de los ángeles. Lo cierto es que la edición 2021 del Salón Náutico de Barcelona, que ayer domingo cerró sus puertas, ha sido muy floja en número de expositores y de visitantes. ¿Hay una desconexión entre los organizadores del certamen, los aficionados y los expositores?, ¿Están cambiando los hábitos de compra y/o de distribución?

Los salones de este otoño están siendo todos flojos en número de visitantes y de expositores. Cannes, Mónaco, Génova, La Rochelle o Southampton no han tenido ni mucho menos el poder de convocatoria de antes de la pandemia, ni han llegado a las cifras de expositores de 2018 o 2019.
Barcelona no ha escapado de esta tónica, si bien con un descenso más marcado. Los expositores, sobre todo las pequeñas empresas, siempre sensibles con el tema económico, se quejaban de que la organización ha sido inmisericorde con las tarifas aplicadas.
Pese a palpar desde el minuto cero que la contratación de espacios de exposición no iba a buen ritmo, en la Fira de Barcelona no han sido hábiles ni ágiles aplicando un incentivo económico que frenara la sangría de expositores.

Las ferias vacías no venden
Recorrer los pasillos -o más bien debería decir el ‘pasillo’- de accesorios del Moll de la Fusta producía este año cierta desolación. Un único distribuidor de acastillaje, un mayorista de accesorios también casi en solitario. Apenas un par o tres velerías o marcas de neumáticas. Y prácticamente ninguna empresa de chárter, de pinturas. La exuberancia en la oferta, que es la base de una buena feria comercial, ha sido este año la gran ausente.
Los responsables de la Fira de Barcelona y de la patronal ANEN –coorganizadores el evento- deben analizar este pésimo resultado y tomar medidas. Dejar las cosas como están, esperando tiempos mejores, es la peor decisión que pueden tomar.
El sistema de exposición de accesorios en stands individuales y dispersos por todo el salón seguro que se puede revisar. Una carpa única albergando el grueso de la oferta –como en Southampton y parcialmente en La Rochelle y otras ferias-, facilita la visita, al tiempo que un área reservada al shopping siempre es bienvenida por los visitantes, aportando una inmediatez en la compra a la que Internet nos ha acostumbrado. Barcelona tenía este espacio de shopping en la plaza de España, lo perdió en el traslado a la Gran Vía y no lo ha recuperado en el Port Vell. En el actual formato, hay stands de accesorios separados por más de un kilómetro, sin olvidar que un espacio único también resulta más sencillo de resguardar de la intemperie.
Los barcos en el agua son un gran plus del actual formato de Barcelona y, aprovechando que hay metros suficientes de muelle en el Port Vell, quizás es el momento de pensar en separar los barcos con fingers. Este sistema mejoraría mucho la visibilidad y perspectiva de los barcos expuestos, al tiempo que evitaría instalar guías y ‘muertos’ en la mayoría de amarres. Los salones están para vender.

El salón náutico más importante de Europa se celebra en enero
Las fechas del Salón Náutico de Barcelona también estoy seguro que se pueden reconsiderar. Dusseldorf, sin lugar a dudas la feria náutica de mayor proyección actualmente en Europa, se celebra a finales de enero. El Salón Náutico de Barcelona también se celebraba en esas fechas hace años, incluso a primeros de febrero.
Desde siempre se sabe que las empresas de chárter, de vela ligera, de kayacs, barcos playeros, pequeñas motoras y de venta de barcos de ocasión (detrás de un barco nuevo siempre hay un barco de ocasión) prefieren los primeros meses del año para exponer sus productos.
No olvidemos que los barcos menores de 8 m. suponen el 87% del mercado y por consiguiente de los aficionados, lo cual es un porcentaje muy a tener en cuenta.
En paralelo, el chárter ya abarca un tercio de las ventas totales de barcos. Los capitanes sin barco ya son hoy más numerosos que los armadores con barco propio. ¿Ha llegado el momento de reconsiderar las fechas del Salón de Barcelona?

Una buena comunicación es clave en el resultado
La promoción del Salón Náutico 2021 se ha hecho con poco acierto. Faltaba un mensaje positivo, sugerente. El eslogan 2021 de: ‘El Mar te Espera’ queda a medio camino entre el reclutamiento militar y el título de un thriller. En paralelo, la náutica es un deporte que ya tiene su arraigo social y sus núcleos de aficionados. El márquetin se ha de dirigir a estos aficionados, a sus clubs náuticos, a sus escuelas de navegación y a los medios de comunicación que leen. Creo sinceramente que el Salón Náutico no debe malgastar esfuerzos de comunicación buscando nuevos adeptos a la náutica. No es su función. Esa labor ya la hacen los clubes y escuelas náuticas. El objetivo del Salón es ponérselo fácil a las empresas del sector para presentar la mejor oferta posible, seduciendo con ella a los aficionados visitantes. Un win-win para las tres partes implicadas.

"Cambiarlo todo para que todo siga igual" (G. Tomasi di Lampedusa)
Afortunadamente, los aficionados tienen ganas de navegar, como demuestran las cifras positivas de matriculaciones a lo largo de este año. A pesar de todos los contratiempos, Barcelona sigue siendo la feria náutica más relevante de España y el porcentaje de compradores en esta edición del salón ha sido alto, dejando buen sabor de boca entre los expositores.
Esperemos que los responsables de la Fira demuestren su buen hacer en el Salón Náutico de Barcelona 2022, que celebrará su 60 edición. Es una buena ocasión para sintonizar de una vez por todas con la afición y con las empresas del sector.

Por: Enric Roselló, editor de Mar Abierto