Los navegantes españoles compraron en 2021 la mitad de barcos nuevos que en 2007

Mar Abierto El armador particular, el aficionado de toda la vida, se va desdibuj

(6/ene/21) En el intento de la industria náutica para volver a las cifras de venta previas a la crisis económica de 2008, es fácil olvidar que las cosas nunca vuelven a ser como eran. Como dice el refrán: “El agua del río nunca pasa dos veces por el mismo sitio”. Es evidente que las matriculaciones de 2021, con 7.178 unidades, son la mejor marca del último decenio, pero la recuperación del sector no nos volverá a la situación de 2007. La náutica del siglo XXI va por otro camino.

Cuando la patronal ANEN se felicita porque: “Las matriculaciones en 2021 superaron los 7.000 registros, cifra inédita desde 2008” y lo pregona como un éxito irrefutable de las empresas del sector, olvida varias cosas. La primera es que la cota máxima de ventas en España no se dio en 2008, sino en 2007, con 10.676 barcos. Aún queda un 30% de remontada hasta recuperar esa legendaria cifra.
Pero mucho más importante que las cifras absolutas, en la patronal ANEN olvidan que el mercado ha cambiado mucho en estos 15 años. En 2007, el año del récord, solo 283 de las 10.676 unidades matriculadas lo fueron para chárter. Los particulares adquirieron ese año 10.393 barcos. En 2021, los particulares apenas han comprado 5.186 barcos, ¡menos de la mitad que en 2007!. Los otros 1.992 barcos vendidos en 2021 han sido matriculados para el chárter.
El alquiler de barcos se fortaleció precisamente con la crisis. En 2013, en lo más profundo de la vaguada económica, las matriculaciones de barcos de chárter ya superaron las cifras absolutas de 2007 en este segmento. Desde entonces, el sector del chárter ha ido ganando protagonismo de una forma imparable.
Llegados a 2021, el chárter es el niño mimado de la náutica. Las administraciones le ceden espacios portuarios para su mayor comodidad, los clubes náuticos están obligados a prever barcos de Lista 6ª en sus nuevas concesiones, en Cabrera tienen sus boyas exclusivas sin que nadie sepa muy bien porqué, los salones náuticos tierra adentro y sin espacio o facilidades de acceso para catamaranes van a la baja y los astilleros y gamas de barcos más exitosos son los especializados en los barcos de alquiler.
El chárter se lleva hoy casi un tercio de las matriculaciones nacionales, que no es poco. Y este subidón coincide con la bajada de ventas a los navegantes particulares. Pero no olvidemos que a los particulares aún les queda les queda el 70% del mercado de barcos nuevos y prácticamente el 100% del mercado de ocasión, un sector que mueve unas 25.000 compraventas anuales y que es el combustible indispensable para que funcionen las ventas de absolutamente todos los barcos nuevos.
El navegante particular, el armador de toda la vida, es el gran olvidado de las Administraciones, que lo crujen con altos impuestos inéditos en otros países de la Comunidad Europea y lo ningunean con sus obsoletas normativas de seguridad. La patronal ANEN tampoco hace demasiado por favorecer a los particulares; sus clientes son las empresas del sector, no los navegantes anónimos. Y los varaderos, las empresas de reparaciones náuticas y los proveedores de repuestos y accesorios solo tienen ojitos para las grandes esloras.
El aficionado de a pie lo tiene cada día más complicado para tener y mantener su barco y es lógico que su peso en las cifras de ventas vaya bajando año tras año. Los impuestos a pagar por tener un barco son muy altos, las normativas son asfixiantes, los clubes náuticos y marinas se encarecen de año en año por las presiones de las Administraciones y de las grandes esloras. En paralelo, los varaderos van recortando progresivamente facilidades para que los particulares puedan realizar ellos mismos su mantenimiento.
La náutica del siglo XXI no es -ni será- la de 2007, que aún se regía por conceptos del siglo XX. La moderna náutica evoluciona con el chárter y las grandes esloras como meta, con tendencia a asfixiar, desde distintos frentes, la afición de los armadores particulares con barcos de pequeña y media eslora.
Con la eventual desaparición del armador particular que tenemos en el horizonte, la náutica de recreo puede seguir adelante con el chárter como único cliente de los astilleros y como único medio de salir el mar para los aficionados.
La extinción de los armadores particulares como ‘especie’ apenas sería una nostálgica pérdida en la biodiversidad de la náutica deportiva. Pero esta desaparición crearía un reto posiblemente irresoluble para la viabilidad del mercado náutico de ocasión. Por una u otra razón: ¡Cuidemos a los armadores de toda la vida!

Los datos de 2021
Volviendo a la realidad, los veleros han sido las embarcaciones con mayor incremento de matriculaciones en 2021 (+43,6%), pero no pierden su condición de farolillo rojo en cuota de ventas (8,2%), todo y que han mejorado su trozo de pastel de mercado un 1,5% sobre 2019.
Comparando con 2019, las motoras se mantienen como el tipo de barco más demandado (44,8% de las ventas, 2% más que en 2019) y crecen un 22,6% en matriculaciones. Les siguen las motos de agua, con un 24,7% de cuota e incrementando matriculaciones, todo y que su 'trozo de pastel' es menor que en 2019 y 2020. Lo mismo les sucede a las neumáticas semirrígidas (12,5% del mercado) y las plegables (9,8% del mercado), que suben un 6,5% en matriculaciones, pero bajan participación en el mercado.
Por eslora, en 2021 crecen todos los segmentos. Los barcos de hasta 8 m. siguen siendo los más demandados (86% del mercado) y registran un crecimiento del 15%.
El segmento de 8 a 12 m. supone el 9,7% del mercado y crece un 40%. Las esloras entre 12 y 16 m. suponen el 3,1% del mercado y matriculan un 19,3% más de unidades y las embarcaciones de más de 16 m. (1% del mercado) matricularon 72 unidades en 2021, lo que supone un incremento del 14,3% sobre 2019.

Por Comunidades Autónomas
Andalucía mantiene su hegemonía en cuota de mercado (21,6%) y sube un 33% en unidades matriculadas respecto a 2019 y un 28,8% con respecto a 2020. Le sigue Cataluña, con un 18,1% de cuota y un 15,1% de aumento en matriculaciones sobre 2019. Islas Baleares es la tercera comunidad por cuota de mercado (16,65%) y aumenta un 4,2% sus matriculaciones en relación con 2019 y un 17,6% con respecto a 2020.
El mercado del chárter ha subido un 25% con respecto a 2019 y un 70% con respecto a 2020, con las Baleares encabezando el mercado nacional con el 24,6% de cuota de matriculaciones. Le siguen Cataluña (18,11%), la Comunidad Valenciana (18,6%) y Andalucía (15,8%).

Por: Enric Roselló (datos facilitados por ANEM y la DGMM)