Sète: Una escala con renovados atractivos en el Midí francés
(4/9/19) Sète lleva varios años inmersa en la puesta al día de sus instalaciones portuarias para la náutica deportiva. En 2017 se renovaron la vieja dársena para yates, la capitanía y el área técnica. También se han ido adecuando para la náutica de recreo distintos puntos en los canales en esta simpática población del Mediterráneo francés, en un proceso que continuará hasta 2020. Definitivamente, la escala en Sète es cada día más atractiva.
Ubicado al pie del monte St. Clair, Sète y su puerto quedan a los pies de una colina que desde lejos toma aires de isla en la costa baja y arenosa de la bahía de Aigues-Mortes. Este puerto siempre han sido una atractiva escala para los navegantes.
Desde su construcción a finales del siglo XVII, este puerto comunicando el Mediterráneo con el estanque de Thau y el entonces recién terminado Canal du Midí se convirtió en un importante nudo comercial y de pasaje entre el sur de Francia y el norte de África y América.
Poco a poco la flota pesquera fue tomando el relevo a los mercantes y ferris y, más recientemente, la náutica de recreo ha ido ganando terreno a la flota de pesca en los singulares canales que atraviesan la población y que comunican el mar con el pequeño lago de Thau.
Hace años, la flota local de pesca causaba pequeños inconvenientes de vecindad a los residentes en la dársena deportiva. Sus salidas al amanecer provocaban unas incómodas olas en los abiertos pantalanes en la parte interior del muelle principal.
Todo esto cambió en 2015, cuando se terminó la primera actuación en la remodelación del puerto, que fue la construcción de un rompeolas flotante interior que protege la dársena deportiva. Este nuevo muelle añade además 90 plazas a la dársena recreativa del muelle de Saint-Louis, todas ellas con agua, luz y zona propia de WC y duchas. Los viejos pantalanes para barcos deportivos en el interior del Mole de Saint-Louis fueron también sustituidos por otros similares en su disposición, pero ahora sobre pilonas y habilitados con cómodos fingers para facilitar el amarre.
Al pie de la luz verde del puerto, en el extremo del muelle, la bocana también fue modificada, añadiendo una chicane que protege las olas y de vientos fuertes de levante a los barcos en escala. La capitanía del puerto deportivo también es nueva, y la veterana gabarra de antaño ha sido sustituida por una flamante oficina -también flotante- de 200 metros cuadrados.
La explanada técnica en el extremo del muelle de Saint-Louis ha entrado igualmente en un proceso de renovación. La antigua base Eric Tabarly, construida en 1985, y que acogió al equipo 'French Kiss' de Marc Pajot en la America's Cup de 1987 se estaba cayendo en ruinas y fue demolida.
En su lugar está previsto construir de forma inminente un edificio que albergará asociaciones, clubes náuticos y el SNSM. El puerto cuenta ahora con un travelift de 20 T dedicado exclusivamente a la náutica de recreo en una renovada área de carenado.
Un puerto singular
Una singularidad del puerto de Sète son sus distintos canales, que atraviesan la ciudad formando islas urbanas y abriendo el camino hacia el gran estanque de Thau, que tiene merecida fama internacional como criadero de ostras y moluscos. Los cuatro puentes que comunican Sète con el lago son móviles y tienen sus horarios de apertura coordinados de cara a facilitar el 'cruce' marítimo de la ciudad.
En las riberas de estos canales urbanos había en 2011 unos 500 amarres para barcos de recreo, cifra que se ha aumentado con la última reordenación en 180 plazas para barcos de hasta 50 m. Las reformas incluyen un sistema de gestión de residuos homologada ISO 14001.
En sus numerosas y distintas ubicaciones a lo largo de los canales, este puerto urbano siempre queda cerca de la estación de tren y de las terrazas, restaurantes y comercios de esta animada población. Esta profunda imbricación de la ciudad con el mar, sus gentes añade encanto a una escala en Sète.
Las inversiones públicas (con posterior gestión privada) previstas en la completa renovación del puerto de Sète se cifran en unos 15 M€, con trabajos que empezaron en 2011 y han de culminar en 2020. Solo la actualización de la dársena deportiva en el interior del muelle de Saint-Louis requirió 3 M€.
La reforma integral también incluye la adecuación para las grandes esloras de la dársena Orsetti, en el interior del puerto de Sète, con unos muelles en gran "U" donde se pueden abarloar hasta una docena de yates de hasta 180 m. Esta parte del proyecto de Ports Sud de France se ha estrenado este verano 2019 y las instalaciones han sido co-financiadas y gestionadas por el especialista norteamericano IGY Marinas, que ya tiene una base de grandes esloras en Porto Cervo. IGY Marinas es filial del conglomerado empresarial de los Emiratos Dubaï Ports World, actuales gestores de la terminal de contenedores en el puerto de Sète.
La base para grandes esloras en Sète ya tiene ultimadas sus instalaciones portuarias (agua, tomas de hasta 2.000 amperios, gestión de residuos y combustible, etc) y ha de estrenar su Club House a finales de 2019. El edificio social contará con una terraza superior con vistas a la ciudad, salón, restaurante y gimnasio.
El turismo al margen del turismo
Un gran encanto de Sète es que quienes aquí recalan no se sienten turistas, sino que se integran a la ciudad como sus invitados. Sète queda al margen de los dos grandes polos turísticos del Mediterráneo francés. Hacia el sur, las enormes promociones residenciales de Cap d’Agde, Port Leucate y Saint Cyprien están bastante más allá del horizonte. Lo mismo puede decirse de los grandes complejos turísticos de La Grande Motte y Port Camargue hacia el este o de las avalanchas de visitantes que invaden por tierra y mar las más alejadas Provenza y Costa Azul.
Sète es el puerto urbano por excelencia, con los barcos quedan amarrados a lo largo de unos muelles y canales donde también están las tiendas, bares, restaurantes y terrazas donde los lugareños hacen sus compras, sus partidas de petanca y disfrutan de sus ratos de ocio.
Sete tiene unos 40 mil habitantes y, más que una ciudad, es un pueblo grande, con un centro urbano que apenas alcanza tres o cuatro calles más allá de los canales que surcan la ciudad de lado a lado. Todo queda cerca y el navegante puede incorporarse a este ambiente apenas desembarcado. Es una escala singular. Distinta al turismo aséptico que impera en los modernos puertos deportivos.
En el cementerio de Sète reposan el poeta Paul Valery y el cantante Georges Brassens, iconos de su ciudad natal, a la que hicieron cariñosas referencias en varias de sus obras. Brassens tiene aquí hasta un museo donde se recrea la historia y el universo de este popular cantautor.
El mercado de los miércoles atrae hasta Sète visitantes de todos los pueblos de la comarca. Incluso en el puerto deportivo notan que los martes por la noche -especialmente en verano- hay un importante pico de afluencia de transeúntes. Cada vez hay más navegantes que aprecian este tipo de citas.
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