Islas Baleares: Todas las boyas Life Posidonia ya son de pago
(20/06/13) La noticia culmina el proceso de privatización de las boyas “ecológicas” emprendido por el Govern Balear en 2012. El tema no gusta a la comunidad de navegantes. Molesta el paraguas ecológico que se da a este negocio, molesta la baja relación calidad/precio de estas boyas en relación a otros países y molesta también un sistema de reservas más adaptado a la hostelería que a la navegación.
Las boyas de pago no son una exclusiva balear. En verano, las hay en varios destinos mediterráneos, como en Calvi y la Girolata en Córcega, en las calanques de Marsella, en Marciana Marina (Elba), en Capraia, en Asinara, en las islas Eólicas o en las Egadas, por citar solo algunos.
La gran diferencia entre las boyas Life Posidonia y las de estos otros puertos mediterráneos es que éstas últimas fueron mayormente instaladas para optimizar el espacio disponible en calas y puertos y/o mantener los barcos cómodamente encarados a las olas dominantes.
Y la práctica totalidad de estos campos, con unas tarifas siempre inferiores a las Baleares, ofrecen servicios de recogida de basuras, de agua dulce por manguera submarina y/o de desplazamientos gratuitos a tierra.
El embrión del malestar que generan nuestras boyas empieza en este tinte pseudo-ecológico con el que nacieron. Pocos comulgan con la relación directa que postula la Administración entre amarrar en estas boyas y preservar la Posidonia. Ojalá fuera así. La web de Life Posidonia (www.balearslifeposidonia.eu) empieza y termina con los campos de boyas, cuando esta planta marina tiene amenazas mucho más graves y persistentes a lo largo del año que las anclas de los barcos de recreo en agosto.
Pero cuando aun estábamos discutiendo la legalidad del “gol” primerizo del Govern con estas boyas, el año pasado nos metió el segundo privatizándolas. Empezaron “cediendo” a los clubes náuticos locales los campos de Andratx, Portopetro, Portocolom. La Conselleria añade ahora otro ingreso anual –se dice- de 300.000 euros licitando la gestión (no la titularidad) de las 382 boyas repartidas entre Pta. Avançada, Cala Blava, Sant Elm, Fornells, Illa Colom, Caló de s’Oli, Espalmador y Ses Salines. Nadie diría que unas praderas marinas dieran para tanto. La pena es que bien poco de este dinero revertirá en la verdadera protección de la posidonia.
Pagar 13,- € (>8 m.), 30,- € (>15 m.) o 50,- € (<20 m.) al día por una boya es hoy una cifra considerable para cualquier ciudadano de clase media. Los franceses y los italianos, más ricos que nosotros, pagan menos por un servicio mejor.
Y también cuenta la desazón moral. En este país, ceder espejos de agua públicos a la gestión privada (sean empresas o clubes náuticos) siempre va de mal a peor para el bolsillo del navegante. La lista de ejemplos –sin salir de las Baleares- es larga y el tema de las boyas no será la excepción. Cuando hay connivencia entre la Administración y la empresa privada, las concesiones siempre tienden al monopolio.
Otro punto discutible de este proyecto es el sistema de reservas. De entrada, se da por supuesto que todos los barcos llevan Internet, lo cual es mucho suponer cuando la mayoría tienen de 8 a 15 m. de eslora con un teléfono móvil como único acceso a la Red, en unas costas de precaria cobertura GSM.
Tampoco queda clara alguna norma de uso. Cuando las boyas iban a cargo de la UE (nunca han sido financiadas por nuestro erario público), el texto aclaraba que las boyas no ocupadas a las 18:00 perdían su reserva. En el nuevo redactado se lee: “A partir de las 18 horas no se podrán realizar reservas vía web para la misma noche, se deberán realizar in situ en el campo de boyas, consultando la disponibilidad con el patrón. . . . ”. Un poco más adelante, el texto añade: “El amarre a la boya reservada tendrá que efectuarse entre las 12.00 y las 18.00 horas . . . ”. La pregunta que surge es: más tarde de las 18:00 o al marchar el encargado, ¿la reserva sigue vigente?, ¿alguien puede validarla? En los campos de Fornells y Es Caló de s’Oli, donde muchos usuarios llegan al acabar el día, seguro que habrá problemas por este concepto.
Me pregunto por qué no se eliminan las reservas, ocupando las boyas por orden de llegada como se hace en la mayoría de campos que conozco en Francia o Italia. El sistema diseñado es adecuado para un hotel, pero incompatible con los imponderables de la navegación.
El texto de uso también dice: “Cuando todas las boyas se encuentren ocupadas, el barco de vigilancia informará a las embarcaciones de sobre dónde es posible fondear”. Antes, los vigilantes eran funcionarios o empleados de Medi Ambient. Si ahora son empleados de una empresa privada; ¿qué autoridad tienen más allá de los límites del campo de boyas?.
El tercer escollo que les veo a estas boyas –y en este caso comparto la opinión de la Conselleria- es su escasa fiabilidad. Vistas las roturas que ya ha habido con alguna de estas boyas sin mediar grandes vientos, la Administración declina cualquier responsabilidad por rotura a partir de ¡¡12 nudos de viento!! en barcos hasta 20 m., y apenas 16 nudos para barcos menores de 15 m. Una brisa de 12 o 16 nudos la sopla cualquier mediodía de verano. ¿Cómo va a amarrarse alguien a estas precarias boyas?. Una boya de pago debería estar garantizada, como mínimo, hasta los 25 nudos.
Esta última privatización de los campos de boyas, al igual que las precedentes, también tiene muchas más sombras que luces. Las cantidades ofertadas y las contraprestaciones obtenidas por los concesionarios son opacas, lo cual siempre inspira prevención. Tal y como está planteado, el negocio tampoco está claro, pues ante la opción de usar el ancla o amarrarse a una boya de pago, el navegante fácilmente optará por lo primero. ¿Llegarán a alcanzar los concesionarios las cifras de facturación esperadas por estas boyas?. En caso contrario, ¿la Conselleria tomará el mismo camino que la APB en Mahón, ampliando hasta el infinito los campos de boyas u “obligando” a los navegantes a amarrar a base de constreñir el fondeo libre. No soy optimista.
por: Enric Roselló, editor de Mar Abierto
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Comentarios
Es un abuso
Totalmente de acuerdo con tus comentarios Enric. Ahora mismo estamos con la incertidumbre sobre qué hacer al respecto (fondeados en Cala Jondal).
Escribí el 7 de julio a la dirección de la web de lifeposidonia para informarme sobre lo mismo que comentabas en tu artículo y cuál fue mi sorpresa cuando recibí un mensaje automático de "estoy de vacaciones hasta el 15/7" de Maria Joaquina Pérez García (sobran comentarios).
El 15/7 me escribieron sin responder con exactitud a mi pregunta. Eso si, haciendo constar la amenaza de que si fondeaba en el campo de boyas (incluso en la arena) me exponía a una multa de la guardia civil.
Supongo que acabaré pagando, al menos en Espalmador porque no podemos dejar de visitar este rincón.
Saludos,
Xavier.
http://petitblaumari.wordpress.com/
pd: Un detalle Enrique, en el artículo pusiste los precios con el sigo de "<" cuando debería ser ">". Es decir que con nuestro pequeño 32 pies, tenemos que "abonar" 30€ (en Sant Antoni un amarre cuesta 40€).