35 años de renovación para el Club Náutico de Ibiza
(30/8/17) La Autoritat Portuària de Balears (APB) ha decidido renovar la concesión del Club Náutico Ibiza por los próximos 35 años. El club ibicenco pugna por esta renovación desde 2010, cuando acabó su anterior concesión, y desde entonces han continuado la explotación de los amarres en régimen temporal.
La APB ha aprobado la oferta del club de invertir 7,5 M€ para poner al día sus ya vetustas instalaciones portuarias, consiguiendo a cambio una continuidad de actividades por más de tres décadas, en las que podrán celebrar en centenario de esta veterana entidad. El proyecto no contempla ampliar el espejo de aguas ocupado y el número de amarres pasará de los actuales 298 a 311, el 80% de ellos para barcos menores de 12 metros.
Los criterios de la APB y de las administraciones locales en general sobre la renovación de concesiones portuarias cambiaron desde que en 2008 se dejara sin amarres al Club Marítimo de Mahón, aceptando la APB oferta económica de Trapsa Yates -del empresario Gerardo Díaz-Ferrán- por esas instalaciones.
El eco mediático y políticosocial que provocó esta decisión, ampliado por los juicios por corrupción y posterior encarcelamiento del Díaz-Ferrán, superó las expectativas de la APB, del Govern Balear y de otras administraciones locales, que modificaron desde entonces sus criterios al respecto.
Las renovaciones del Club de Vela Puerto de Andratx, del Club Náutico de Ibiza o de los pequeños clubes náuticos en la bahía de Palma han sufrido –o están sufriendo- de alguna manera la presión de la empresa privada en sus renovaciones, pero en todos los casos se aprecia la sensibilidad de la administración por las entidades sociales, una sensibilidad que no siempre es suficiente para decantar propuestas.
El potencial negocio de las instalaciones portuarias en las Baleares es un caramelo millonario que tienta mucho a las empresas del ramo. Los clubes náuticos, si bien no tienen ánimo de lucro (no reparten dividendos a sus socios), no dejan de ser empresas del ramo y se benefician de los importantes ingresos que dejan en verano los barcos transeúntes. Estamos hablando de ingresos que en algunos casos suponen sobre el 80% de los presupuestos anuales de estos clubs. Estos ingresos les permiten financiar instalaciones y proyectos sociales o deportivos inviables en otros clubes náuticos españoles, al tiempo que pueden mantener unas cuotas sociales realmente populares.
Enhorabuena a los responsables y socios del Club Náutico de Ibiza por haber conseguido su ansiada renovación. Esperemos que no olviden sus alegatos de ‘labor social’, de ‘lucha contra la especulación’ y de ‘facilitar el acceso al mar a la población’ a la hora de publicar sus tarifas de amarre 2018 para transeúntes.
(por: Enric Rosello, editor de Mar Abierto)
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