X–One Ton
Un jubilado de lujo
Diseñado en los años 80 del siglo pasado para competir al más alto nivel bajo la fórmula de rating IOR, la mayoría de X-One Ton disputan hoy regatas de club o se han reconvertido al crucero, cuando no ambas cosas a la vez. La jubilación no ha restado ninguna de las cualidades de navegación de este carismático velero.
De la misma forma que numerosos caballos de pura raza para carreras terminan su carrera confortablemente instalados en una cuadra y sacando a pasear a sus dueños los fines de semana, también son muchos los barcos de alta competición que, obsoletos para competir al más alto nivel, se reconvierten a un uso de crucero o crucero/regata particular.
Es muy normal asistir a esta metamorfosis en las citas de Clásicos, donde se siguen viendo en activo a venerables Copa América de todas las épocas. También son habituales los maxis o multicascos de competición reconvertidos con los años al charter, ya sea diurno o de crucero. Y también es cada vez más corriente ver unidades menos rutilantes, como antiguos IOR o incluso los primeros Open 60, que terminan su carrera dando satisfacción a sus nuevos armadores en un uso totalmente familiar, ya sea en salidas de crucero puro o alternando las regatas de club.
Reconvertir un antiguo racer al crucero es un proceso con varios puntos a su favor. El primero de ellos es disfrutar de un barco especial y con una calidad de navegación superior a su equivalente en eslora de crucero puro, tanto en velocidad como en sensaciones. Es evidente que para habilitar los desnudos interiores y la maniobra de uno de estos barcos al uso familiar hará falta cierta inversión económica. Pero también se ha de decir que el precio de un antiguo racer, a igualdad de eslora y edad, es muy inferior a su equivalente en cualquier producción seriada de crucero, compensando la inversión necesaria para su acondicionamiento.
El punto de partida genérico para una reconversión de este tipo es una base sólida -y a poder ser estéticamente atractiva-. Es necesario que el barco escogido estuviera bien construido en su día y que haya sido mantenido con cierto esmero. Con los años, las cuestiones relativas al rating o al palmarés pasan a un segundo plano. Lo importante es que el barco esté entero y navegue bien.
Queda fuera del ámbito de esta sección detallar los posibles pasos a seguir para la transformación de un racer al crucero. Desde el punto de partida a la meta, cada recorrido es distinto. Algunos querrán que los interiores sean un auténtico oasis de lujo, mientras otros preferirán mantener el espíritu regatero del barco, acondicionándolo con cierto confort para el crucero costero de fin de semana en petit comité. Partiendo de estas premisas y en todos sus puntos intermedios, la imaginación, el presupuesto disponible y las propias posibilidades de cada barco son los únicos jueces.
X–One Ton: Un palmarés envidiable
El primer X–One Ton vio la luz en mayo de 1984, apenas dos semanas antes de la One Ton Cup que se disputó en Francia. Allí quedó octavo y tras pequeños ajustes en su rating, las sucesivas unidades de este modelo obtuvieron una lista interminable de éxitos internacionales hasta finales de la década, incluyendo el Mundial One Ton disputado en Mallorca en 1986. El barco era la lógica continuación del palmarés de su antecesor, el X-3/4 Ton, que tanto renombre dio a los primeros años del astillero danés.
El X-One Ton no dejaba de ser la versión de pura regata del exitoso X-402, con 79 unidades vendidas entre 1984 y 1990. El X-402, con planos firmados por el entonces joven diseñador de la casa Niels Jeppesen, fue el primero en la larga saga de excelentes regata/crucero del astillero danés, que se estrenó con ese 40 pies en el nicho de los ‘regata/crucero de lujo’, un mercado en el que X-Yachts mantiene una sólida reputación desde entonces.
Una de las claves del éxito del X One Ton es su exquisita calidad de fabricación. Su casco está laminado a mano con fibra tipo S, reforzado con carbono y kevlar y todo ello formando un sándwich de espuma Airex. La quilla, con bulbo el “L” en aleación de plomo y antimonio, se entregaba de fábrica enmasillada con epoxy y unida al casco con unos sólidos pernos de 16 a 22 mm. de grosor.
La profunda pala del timón, laminada en carbono y rellena de espuma epoxy, venía con rodamientos autolubricados. La lista de buenos detalles de construcción y equipamientos originales seguía en cubierta. Allí encontramos una batería de winches, mordedores y poleas de las mejores marcas (Lewmar, Harken, Antal, Ronstan, etc.), todo ello bien dispuesto y sobradamente dimensionado.
A nivel de prestaciones, estamos hablando de un barco de 12 metros que apenas desplaza 5.750 kilos y que puede llevar hasta 103 m2 de velamen en ceñida. Y todo ello con una quilla de 2,25 metros de calado y 3.500 kilos de peso (60% del desplazamiento total).
Aun y descafeinando las prestaciones del barco recortándo el mástil para poder prescindir de las burdas, acortando la quilla o añadiendo peso en los interiores, el X-One Ton sigue estando por delante en prestaciones de la mayoría de veleros de serie de 40 pies que se fabrican en la actualidad.
Quienes están pensando en un viejo IOR para competir en las actuales flotas IRC tienen en el X-One Ton un modelo que les puede llenar la vitrina de trofeos. Si el programa también pasa por el crucero, el presupuesto deberá incluir la reconversión interior, a sabiendas de que se podrá alcanzar un nivel de confort suficiente, pero nunca comparable en volumen ni altura de techo con un modelo diseñado para la máxima acomodación.
Precios y oportunidades
Un par de docenas de X-One Ton salieron del astillero danés entre sus versiones Mk1 y Mk2 en los años en que este modelo estuvo en producción y no es raro encontrar alguna de ellas en venta. Al estar fabricado en serie, pocas son las diferencias entre las distintas unidades y sólo su estado de conservación y mantenimiento marcará oscilaciones en su precio de reventa, que suele rondar la mitad que un buen barco de serie de crucero de la misma eslora y edad.
Incluso tras un uso continuado en regatas, un X–One Ton bien cuidado no ha de presentar alarmantes señales de fatiga ni de deslaminado en su casco o refuerzos y sólo los accidentes, una prolongada dejadez en el mantenimiento o una osmosis no resuelta pueden haber debilitado su estructura.
En cubierta y dada también la exquisita selección de componentes originales, es fácil que los winches, raíles, mordedores o poleas instalados en su día puedan seguir en activo unos cuantos años más bien entrado el siglo XXI. Y si el barco ha estado regateando recientemente, es incluso posible que su juego de velas sea aprovechable. Quizás no para regatas de alto nivel, pero sí para un uso más tranquilo en crucero.
En cubierta, la reconversión al crucero/regata de un X-One Ton se suele concentrar en la instalación del enrollador de génova, recortar el fraccionado superior del palo para prescindir de las burdas y posiblemente en la sustitución preventiva de la jarcia. Es un coste relativamente sencillo de cuantificar. Por el contrario, la transformación al crucero de los espartanos interiores del X-One Ton abre un abanico de posibilidades y presupuestos más extenso (que no ilimitado). Estudiarlos y valorarlos se puede hacer con la tranquilidad de espíritu de invertir en un barco excelente y a sabiendas de que la inversión se ve amortiguada por un contenido precio de salida.
Principales características
Modelo: X – One Ton
Constructor: X- Yachts
Diseñador: Niels Jeppesen
Años de fabricación: 1984 – 1990
Material de construcción: Fibra de vidrio “S” reforzada con carbono y kevlar en sándwich de espuma Airex.
Eslora total: 12,13 m.
Eslora de flotación: 10,10 m.
Manga: 3,95 m.
Calado: 2,27 m.
Altura interior: 1,85 m.
Desplazamiento: 5.750 kg.
Quilla: 3.500 kg.
Motorización: 24 o 37 HP
Mayor: 54,6 m2
Génova 150%: 49,2 m2
Espinaquer: 108 m2
Por: Enric Roselló
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