Swan 53

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Status de Clase

Poseer algún día un Swan es el sueño de muchos aficionados. Esta marca aglutina como ninguna las cualidades de un buen velero: diseño, calidad de construcción, elegancia de líneas, comodidad, prestaciones, . . . . . Lástima que el precio también brille a esta altura.

por: Enric Roselló

Nautor, el astillero constructor de los Swan, fue fundado en 1966 por el finlandés Pekka Koskenkylä en el pequeño pueblo de Jacobstad, donde las temperaturas invernales rondan los -30º de media. En este la base del legendario mimo puesto en la ebanistería de cada Swan.
La intención de Koskenkylä era construir el primer velero de 10 metros capaz de regatear con éxito y además hacerlo con una acomodación interior confortable para el crucero. También debía estar construido en el entonces novedoso material llamado fibra de vidrio. Se podría decir que Koskenkylä inventó el concepto del moderno crucero/regata. Y lo hizo con una clara filosofía en mente: hacer el mejor barco posible, desde el diseño al último detalle de acabado. Esta consideración ha seguido vigente hasta hoy, haciendo que la marca Swan esté tan íntimamente asociada a calidad.

Los primeros Swan
Olin Stephens fue el diseñador de “Casse Tete II”, el primer Swan 36 salido del astillero en verano de 1967 para un armador británico que en 1968 ganó las 7 mangas de la Cowes Week. La repercusión de esta aplastante victoria fue inmediata y al Swan 36 –del que se construyeron no menos de 90 unidades- le siguió pronto un 37, luego un 43 y así hasta los quince modelos que formaban el catálogo de la marca en los años setenta.
Entre ellos destacar el 55 y, sobre todo el Swan 65, cuyo “Sayula” fue el ganador de la primera Whitbread Race en los años 1973/74. En la segunda edición de esta regata (1977/78), sendos Swan 65 ocuparon la 2ª, 4ª y 5ª plazas y durante unos diez años, el legendario Swan 65 diseñado por S&S fue el mayor barco del mundo construido en fibra de vidrio.
Finalizando la década de los setenta, Olin Stepehns fue dejando su actividad como diseñador por cuestiones de edad. Nautor dio entonces paso a un joven Ron Holland para la actualización de su gama. Holland firmó media docena de buenos barcos, pero la relación con Swan no acabó de cuajar y en 1980 se formalizó la entrada del argentino German Frers como responsable del diseño de todos los nuevos Swan, una relación que sigue vigente en la actualidad.
La etapa Frers en los ochenta está considerada por muchos como la más completa de Swan. Los modelos de esta “década dorada” aúnan la quintaesencia del astillero finlandés, con cascos muy elegantes, rápidos, muy bien construidos y acabados con un mimo artesanal. En 1982, un Swan 51 fue el casco 1.000 del astillero y el Swan 46, presentado en 1983 es hasta la fecha el modelo más exitoso de la marca, con 109 unidades en el agua (la última entregada en 1997).
Tras estos años de franca expansión vinieron unos duros años noventa, que empezaron con una caída de ventas generalizada en la primera mitad de esta década. Las finanzas de Swan no aguantaron el envite y en 1998, el industrial italiano Leonardo Ferragamo y un grupo de inversores se hicieron con la propiedad del astillero para reposicionarlo como referencia de la vela internacional.

Swan 53: Puro clasicismo
Los Swan de los ochenta son inconfundibles. La franja azul en el lateral de la cabina, el espejo de popa en pendiente, la cubierta de teca, la doble bañera, la elegante proa lanzada o la maniobra a pie de palo los destaca de cualquier otro velero.
El Swan 53 no escapa a esta norma. El casco es un diseño de Germán Frers Sr. sin ningún condicionante de rating, con unas formas en “U” bastante llenas que se van aplanando hacia popa. El profundo timón suspendido y una quilla elíptica de 3,10 m. de calado facilitan el control del barco en toda circunstancia. El 53 está aparejado a tope de palo con dos pisos de crucetas transversales, jarcia discontinua, baby-stay y burdas altas para controlar los movimientos longitudinales del mástil. Como la mayoría de diseños Frers, este Swan es un ceñidor implacable.
Es difícil encontrar un reproche a la calidad de construcción de un Swan, una marca que siempre ha utilizado los mejores métodos y materiales disponibles en el mercado. Pero paradójicamente, Nautor nunca ha sido amante de diseños vanguardistas o tecnologías novedosas, recurriendo siempre a soluciones probadas. No ha sido hasta bien entrado este siglo cuando han ido incorporando el epoxy, el sandwich de espuma rígida, los laminados al vacío o los aparejos de carbono en sus barcos. Hasta entonces, la fibra de vidrio (ojo con las osmosis en las unidades de ocasión) fue la base de los laminados de los Swan.
Este conservadurismo también se hace patente en al acastillaje de cubierta o en la distribución interior del Swan 53. En el momento de su presentación (1986), todos los barcos de serie franceses tenían la bañera en popa y la maniobra del palo reenviada a la bañera. A contracorriente, el Swan conservaba su tradicional doble bañera y hasta ocho efectivos –pero incómodos- winches ST en la base del palo. Otro tanto en el interior, cuando todos los barcos seriados apostaban por 4 o 5 cabinas dobles en un 50 pies, el Swan 53 sólo ofrecía una gran cabina de armador y dos camarotes dobles ¡con literas individuales!. Es una cuestión de concepto.
No es sencillo enjuiciar un Swan de ocasión sin caer en tópicos. En el fondo, un Swan tampoco es tan radicalmente distinto a un velero de gran serie. Las diferencias están en una suma de pequeños detalles que van realzando constante e imparablemente el valor que atesora cada uno de estos barcos. La mayoría de estos detalles son visibles y aparentemente nimios, como la ausencia de rastros de óxido en balcones y candeleros, el brillo eterno del gelcoat, o el perfecto encaje y estanqueidad de las tapas de los cofres. Otro tanto puede decirse del interior, con los barnices luciendo su sedoso satinado sin apenas mácula, los chapados perfectamente encolados o las pantallas de las lámparas brillantes tras 20 años a bordo. Viendo la excelente nota obtenida por el Swan 53 en estos detalles, uno casi lo exime de pasar control en temas estructurales o de integridad de la arboladura. Si caer en esta ligereza, decir que es muy raro que un Swan presente un problema estructural cuya causa no sea accidental. Por algo es un Swan.

Precios y oportunidades
La cotización de los Swan en el mercado de ocasión es alta, muy alta. Un Swan 53, aunque sea de los primeros construidos y no esté en muy buen estado, rara vez bajará de los 350 mil euros y si hablamos de una unidad más reciente y cuidada llegaremos fácilmente a los 500 mil euros. En contrapartida, aparte de hacerse con un velero de absoluto y merecido prestigio, quien compra (¿o invierte?) en un Swan difícilmente perderá dinero en la operación y podrá revenderlo sin apenas merma económica y a menudo con sustanciales beneficios. Son barcos únicos y casi considerados de coleccionista. Para encontrar un Swan a la venta lo más sencillo es acudir al servicio de brokerage que ofrece el propio astillero, con activa participación de los concesionarios Nautor en cada país. La implicación de Nautor y sus concesionarios en la compraventa quizás encarece algo el precio final, pero es una garantía para el comprador. (editado septiembre 2009)

Principales características
Modelo: Swan 53
Astillero: Nautor
Diseñador: Germán Frers
Material de fabricación: Fibra de vidrio
Años de fabricación: 1986 – 1994
Unidades fabricadas: 50
Eslora total: 16,06 m.
Eslora flotación: 12,94 m.
Manga: 4,73 m.
Calado: 3,10 m.
Desplazamiento: 20.000 kg.
Lastre. 8.400 kg.
Agua dulce: 750 l.
Gasoil: 400 l.
Baterías servicio: 24 VDC 480 Ah
Sup. mayor: 57,10 m2
Sup. gén. 150%: 101,6 m2
Espinaquer: 244 m2
Motorización: Volvo 87 HP
Documentación técnica: BRICOMAR