Oyster Lightwave 395

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Un One Desing irrepetible

El astillero británico Oyster hizo su primera y casi única incursión en el campo de los monotipos deportivos primero con el Lightwave 395 y luego con el Lightwave 48, presentados ambos a finales de los años ochenta. Haciendo un fácil juego de palabras (oyster es ostra en inglés), el 395 que aquí repasamos sí que es una verdadera Perla del Pantalán.

por: Enric Roselló

El actual catálogo de Oyster es posiblemente la antítesis de los monotipos de tinte deportivo. La gama de este astillero británico empieza hoy en su lujoso 46 pies y sigue con varios modelos que podríamos considerar fabricados en serie de hasta casi 70 pies y luego sigue con las gamas Custom de 80, 100 y hasta el reciente 125 pies de doble piso de cubierta diseñado por Ed Dubois. Buena parte de los propietarios de estos barcos viven largas temporadas a bordo y los disfrutan en toda comodidad en singladuras oceánicas alrededor del mundo.
En regatas transatlánticas como el ARC, por ejemplo, la flota de Oyster es normalmente la más nutrida del grupo y no es raro encontrar cualquiera de estos yates en los puertos o fondeaderos más remotos del planeta, así como en las marinas más rutilantes y exclusivas del Mediterráneo o el Caribe.
Para llegar a este unánime reconocimiento por parte de los navegantes más exigentes –y ciertamente acaudalados-, Oyster se precia en ofrecer una calidad de diseño, de construcción y de acabados a toda prueba. Sin compromisos.
Rob Humphreys, director técnico del astillero, es el responsable de que todo encaje a la perfección. Desde el diseño de las carenas hasta el más nimio detalle del interior, todo en un Oyster está pensado para navegar rápido, seguro y confortablemente.
Dentro de esta completa dedicación del astillero al crucero puro de lujo, la historia del Lightwave 395 casi se puede considerar como una pequeña aventura de los dueños del astillero, tanto hoy como entonces grandes enamorados de la navegación en todas sus facetas. A la vista de los extraños derroteros que tomaban las formas de casco en los últimos tiempos del I.O.R., los responsables de Oyster decidieron contactar con el diseñador norteamericano Carl Schumacher para sacar al mercado un One Design rápido, marinero, sencillo de manejar y que no estuviera ligado a ninguna fórmula de medición.
En las primeras regatas que disputó el Lightwave 395, a finales de los años ochenta, pronto se vio que el barco era muy veloz, dejando atrás a muchos One Tonners IOR de más eslora.
Incluso considerando que estaba pensado para competir como monotipo, en las regatas de flota donde participó según la incipiente fórmula CHS (precursora del actual IRC), también se vio que el nuevo modelo daba mucha guerra en la compensación de tiempos. La fama del Lightwave 395 creció muy pronto y en poco más de un año se habían vendido una treintena larga de unidades.
Muchos de los Lightwave 395 siguen plenamente activos en el calendario de regatas de su club. Las bonificaciones por edad que incluyen todas las fórmulas de compensación mantienen muy alta su cota de competitividad. Un Oyster Lightwave 48 de 1987, por citar un resultado reciente prácticamente al azar, se ha impuesto en su Clase en la División Regata del ARC 2011 entre Las Palmas y St. Lucía.
Lamentablemente –sobre todo para los aficionados a la navegación deportiva-, los derroteros empresariales de Oyster se decantaban cada vez más hacia las grandes unidades de crucero puro. El proyecto Lightwave, con el 395 en el agua y el 48 recién presentado, tuvo que dejarse de lado para centrar la producción del astillero en modelos de mayor eslora y con seguramente más valor añadido para la cuenta de resultados de la empresa.

El auténtico regata/crucero
Las claves del éxito del Lightwave 395 estaban y siguen estando en un juicioso equilibrio global. Desplazamiento, calado y superficie vélica están muy bien combinados para navegar rápido y sin grandes complicaciones técnicas en cualquier condición de viento. Parte de estos logros empiezan en la construcción del casco, realizado -ya entonces- en sandwich al vacío y con un estudiado contramolde estructural de refuerzo laminado desde el interior. Otro de los acierto de este barco es la relativa sencillez de su aparejo, con un mástil a tope de palo anclado sobre la quilla de dos pisos de crucetas transversales sin baby stay y un par de burdas simples para limitar la inercia proa/popa del mástil.
Decir finalmente que el Lightwave 395 es también un correcto barco de crucero. El interior tiene una distribución moderna y con suficiente altura de techo en toda su eslora. Cocina y mesa de cartas flanquean la escala de entrada, mientras en proa y popa encontramos sendos camarotes dobles, con el baño ubicado -como era la norma en los años 80- a proa del salón.
Es obvio que la prioridad de este barco son las regatas. Detalles como la mesa abatible para ganar espacio de estiba o para plegar las velas en el interior, o los bancos del salón convertibles en literas de navegación no son habituales en barcos con vocación más crucerista. Pero pensando en la vida a bordo, hay que aplaudir -por ejemplo- el excelente diseño en “C” de la cocina, muy práctica tanto en puerto como en navegación y con un detalle de ingenio al habilitar una superficie de trabajo en el hueco bajo la escala.
En términos generales, el tamaño de los camarotes y la altura interior son suficientes para vivir a bordo sin agobios y siempre se agradecen los detalles de buena ebanistería, tan propios de Oyster, que encontramos un poco diseminados por todo el barco. Pensando en cruceros estivales, el punto más débil del barco será seguramente su limitada ventilación interior, tema donde otros astilleros del norte de Europa también han tardado años en aplicarse.

Precios y oportunidades
De la treintena larga de Lightwave 395 que salieron en su día del astillero, cuatro o cinco rondan por nuestras aguas desde hace años. Es complicado establecer un baremo de cotización para un modelo tan singular como este. La horquilla de precios de estos Oyster, hablando de modelos similares en eslora, edad y programa de navegación, ha de estar más cerca de X-Yachts, que de los grandes astilleros franceses. La reputación de Oyster juega al alza en esta valoración y esta apreciación se hace incluso más fuerte en el Reino Unido, donde esta marca es muy reverenciada.
Interesarse por un Lightwav 395 supone anteponer el disfrute en regatas al confort del crucero, sin por ello renunciar del todo a esta última faceta. Comparándolo con coetáneos suyos, prototipos o barcos semi-seriados de inspiración IOR, el Lightwave 395 gana la partida en la polivalencia. Es un barco marinero, no muy penalizado por el rating y que se adapta sin remilgos a todas las condiciones de viento, con una maniobra sensible pero exenta de grandes sofisticaciones y una estética que surca el tiempo sin perder encanto.
La calidad de diseño y fabricación es otro de los puntos fuertes del barco. La calidad, un término tan difícil de cuantificar en barcos nuevos, es un concepto que se va haciendo más y más tangible con el paso de los años. Comprobar que los pernos de la quilla no tienen una mota de óxido, que no hay holguras en la pala del timón, que los anclajes de los obenques no se han movido un milímetro, que los contramoldes no presentan la menor fisura o que incluso cajones y puertas encajan a la perfección tras casi veinte años intensos de regatas es una tranquilidad para todo futuro comprador de un Lightwave 395.
Cualquier Lightwave 395 en el mercado de ocasión tendrá más de 30 años. Es evidente que necesitará una revisión a fondo por parte de su futuro comprador. Pero este tipo de revisiones son sencillas y agradecidas cuando la base es sólida.

Principales características
Modelo: Lightwave 395
Constructor: Oyster Marine Ltd.
Diseñador: Carl Schumacher
Año de presentación: 1987
Unidades fabricadas: 33
Eslora total: 12,04 m.
Eslora de flotación: 10,29 m.
Manga: 3,58 m.
Calado: 2,06 m. (quilla de plomo)
Desplazamiento: 4.990 kg.
Motorización estándar: Yanmar 3GM (27 CV) o Perkins 4108 (40 CV)
Sup. vélica en ceñida 150 %: 86,77 m2
Documentación técnica: BRICOMAR