Furia 1000

Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto
Mar Abierto

Apostando por la comodidad

El lanzamiento del Furia 1000 a primeros de los 80 significó un cambio de rumbo en la producción de Dresport. Hasta entonces, el astillero estaba especializado en veleros de corte más deportivo. El Furia 1000, por el contrario, primaba la comodidad de sus tripulantes navegando a vela, a motor o en puerto. Este estilo de velero sigue contando con numerosos adeptos.

Los franceses Michel Joubert y Bernard Nivelt, autores de la segunda generación de veleros del astillero Dresport -nos referimos a los modelos Furia 32, 37 y 44-, eran a mediados de los años 80 uno de los gabinetes más reputados diseñando barcos de regatas y sus creaciones se imponían en esa época en infinidad de pruebas internacionales.
Paradójicamente, a la hora de pensar en un velero de crucero familiar, Michel Joubert nunca ha escondido su opinión de que la mejor y más cómoda opción para las vacaciones es una embarcación cercana al concepto de motorsailer. Él mismo dispone de uno de estos barcos para su uso personal y no se cansa de repetir sus cualidades de cara al crucero.
La primera de ellas es la luminosidad interior que procura un puente sobreelevado, a poder ser con timonería interior, que proteja al patrón de los elementos, tanto del frío, como del viento o del calor. También es importante disponer de un motor de cierta potencia, capaz de llegar a tiempo a destino -sin depender de los caprichos de Eolo- y suficiente para remontar vientos de cierta intensidad en caso de necesidad.

El motorsailer como velero ideal de crucero
Pensando en un barco de crucero, Joubert aboga también por un plano vélico contenido y que nunca sea complicado de maniobrar con tripulación reducida. Si añadimos un buen volumen interior para el confort de los tripulantes y una bañera amplia y dispuesta a acogerlos en navegación, tenemos el cóctel ideal para las vacaciones según el concepto del gabinete Joubert/Nivelt.
La aplicación práctica de este concepto tiene uno de sus ejemplos en el Furia 1000. A nivel de diseño, el Furia 1000 se caracteriza por su casco de formas redondeadas, con una entrada de aguas relativamente fina, una “V” en el casco bastante marcada en toda la eslora y una popa ancha, al menos más ancha de los habitual en los año 80.
El casco del Furia 1000 no es un diseño para ganar regatas ni para ceñir a 35º del viento, pero sus formas garantizan un correcto navegar a vela con vientos sostenidos, asumiendo también sus limitaciones con ventolinas, pues la contenida superficie vélica (57 m2 para 5.630 kg. de desplazamiento) invita a poner en marcha el motor por poco que el viento baje de los 7/8 nudos.
El aparejo es un sólido mástil a tope de palo con un único par de crucetas. La maniobra de la botavara está reenviada a la bañera, donde se controla con un winche sobre la cabina. La maniobra del mástil también llega a la bañera, pero lo hace por el lateral de la cabina.
La bañera, con sus largos bancos, no tiene mesa central fija (en los 80 aun no estaban inventadas) y amplia separación entre los bancos resulta muy cómoda con el barco en puerto, aunque no tanto si se quieren apoyar los pies con la escora.
Para limitar el calado (1,50 m.), algo fundamental en los acercamientos a la playa, la quilla del Furia 1000 se hizo bastante alargada, con una forma clásica trapezoidal sin bulbo. En el diseño de la carena destaca también el sólido arbotante integral, previsto para aceptar motorizaciones de hasta 50 CV y con una línea de eje muy horizontal para ganar efectividad navegando a motor. Esta potencia, bastante superior a lo habitual en veleros de esta eslora, garantiza velocidades medias alrededor de los 8/9 nudos en crucero, con el plus añadido de la elevada autonomía que procuran los 160 litros de gasoil en el depósito de combustible.
Desde el punto de vista constructivo, pocos reproches pueden hacerse al Furia 1000. El barco está laminado a mano con escandallos generosos y utilizando fibras y resinas de calidad. Las sólidas varengas de refuerzo laminadas en el casco, las contraplacas de acero inoxidable sobre los pernos de la quilla, el sandwich de PVC en toda la cubierta o el timón relleno de espuma de poliuretano y con una generosa mecha inox son otros factores que siempre han tranquilizado a los propietarios de este modelo -antiguos o futuros-, siendo los responsables de la buena aceptación de este modelo a lo largo del tiempo en el mercado de ocasión.

Interior al detalle
Otro tema que siempre han apreciado los amantes del Furia 1000 es la comodidad y buen acabado de sus interiores. Los chapados de teca empleados en la carpintería y el buen nivel de detalle (cajones, molduras de las puertas, etc.) que se consiguió en su terminación eran muy correctos en su día, pero hoy son prácticamente imposibles de encontrar en un barco de serie. El inconveniente pasados los años es que chapados y barnices pueden haber perdido lustre por culpa de un mal mantenimiento o por entradas de agua persistentes. Solucionar cualquiera de estos dos temas no es barato.
La distribución del Furia 1000 era bastante habitual en su eslora en los años ochenta. La estancia central propone un amplio salón con la cocina a lo largo de la banda de estribor. A los lados de la escala de entrada encontramos la mesa de cartas y la entrada al camarote doble, mientras en la zona de proa están la cabina de baño y un segundo camarote. La posibilidad de convertir los bancos del salón en una amplia litera doble aumenta hasta seis personas las capacidades de acomodación nocturna. Por otro lado, la buena luminosidad del salón, unida a una altura de techo de 1,95 metros son otros de los puntos favorables de esta distribución.
El salón gana muchos puntos con su luminosidad natural, conseguida con unos metacrilatos fijos en proa y en las bandas. El precio a pagar por este plus de luz interior es una tendencia crónica de estos grandes paneles a dejar entrar el agua de lluvia al interior. Las soluciones a este problema no son sencillas.
Otro inconveniente que se ha achacado a este Furia -aparte de sus limitaciones navegando con ventolinas- son la escasa ventilación interior, la orientación hacia popa y pequeño tamaño de la mesa de cartas y la escasa anchura de la litera del camarote de popa.
Terminar comentando que el Furia 1000 también se proponía en la versión Furia 1040, todavía más orientada hacia el concepto motorsailer. Esta versión tiene una superficie vélica más contenida (55 m2 en ceñida) que el Furia 1000 y lleva la barra de escota de mayor sobre la cabina. El Furia 1040 se caracteriza también a simple vista por su toldilla en la bañera albergando la timonería, disposición que obliga a ladear la entrada al barco y permite ampliar un poco la superficie útil en el camarote de popa.

Precios y oportunidades
Desaparecidos los astilleros Dresport hace más de una década, no es sencillo averiguar el número de unidades del Furia 1000 que se pusieron en el agua. Según algunos profesionales consultados, esta cifra podría rondar el medio centenar y la mayoría de estos barcos siempre han estado en el mercado nacional, por cuanto no es complicado encontrarlos en el mercado de ocasión.
Como en todo barco con tres décadas a sus espaldas, el tiempo transcurrido pone en jaque todos y cada uno de los elementos del barco. No existe un baremo fiable para valorar barcos de estas edades. Cada unidad es un mundo aparte, cuya cotización dependerá de los cuidados y la puesta al día que haya recibido de los distintos propietarios que la hayan tenido en sus manos.
Un barco de esta edad no se valora por su eslora. Su precio lo decide el tratamiento de osmosis, la edad del motor, del guardarropa, de las tapicerías, la puesta al día del barnizado, de la instalación eléctrica, del sistema de agua caliente, . . . . . . En barcos de estas edades se ha de ir con mucho tiento antes de dejarse tentar por unidades en mal estado con un precio bajo de salida. El precio de la puesta al día, incluso pensando en hacerla por cuenta propia, es una cifra mucho más alta de lo que un –futuro- armador ilusionado pueda pensar.
Por lo demás, el Furia 100 es un barco que soporta bien el paso del tiempo y puede comprarse con bastante tranquilidad de espíritu. La calidad de los materiales utilizados y la seriedad empleada en su construcción son siempre una garantía de longevidad.

Principales características:
Modelo: Furia 1000
Astillero: Dresport S. A. (luego Furia Yachts)
Diseñadores: Michel Joubert y Bernard Nivelt
Material de construcción casco: Fibra de vidrio
Interiores: Chapados y laminados en teca roja (estilo Birmania)
Eslora total: 10,40 m.
Eslora de casco: 9,80 m.
Eslora de flotación: 8,30 m.
manga máx.: 3,60 m.
Calado: 1,50 m.
Desplazamiento: 5.630 kg.
Lastre: 1.650 kg.
Altura en cabina: 1,95 m.
Literas dobles: 3
Capacidad agua dulce: 490 l.
Capacidad gasoil: 160 l.
Motor: 36 - 50 HP
Superficie vélica: 57 m2 (55 m2 en el Furia 1040)
Documentación técnica: BRICOMAR

Catálogo en PDf adjunto