Primera prueba: Garmin Montana 700; un navegador para mar y montaña

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Mar Abierto - La pantalla es visible a la luz del sol y el sistema de auto-apaga

(10/dic/20) Recién incorporado al catálogo, el Montana 700 busca su espacio entre los millones de practicantes de deportes de movilidad terrestre o marítima. El GPS incorporado, una robustez militar y una amplia gama de cartografía -incluyendo las náuticas BlueChart 3- son algunas cualidades de este modelo, que añade la cámara fotográfica y la llamada dual de emergencia InReach entre sus opciones.

Los navegadores portátiles tienen un duro competidor en la telefonía móvil y las tabletas. El Montana 700 no escapa de esta comparación y, por un precio similar al de un buen teléfono, tiene a su favor una pantalla visible a plena luz, una robustez y estanqueidad de categoría militar (IPX67) o la posibilidad de conectar con el sistema de salvamento InReach.
Los teléfonos ofrecen de entrada la ventaja de poder comunicarse por voz (es una ventaja de Perogrullo, pero hay que citarla). También tienen unos procesadores genéricamente más potentes y rápidos que el Montana, una cámara con mejores prestaciones y son verdaderos navegadores de bolsillo por tamaño y peso, con la ventaja de que cada usuario puede personalizar su teléfono descargando y actualizando los App que le sean más útiles para su(s) aficiones. Pensando en la náutica, el App Boating de Navionics (marca propiedad de Garmin) ofrece unas prestaciones equiparables a las del Montana 700 por una fracción de su precio.

Toma de contacto
Una primera impresión con el Montana 700 en la mano es que pesa bastante. Sus 400 gr. lo alejan de la categoría de equipos de bolsillo e incluso en excursiones a pie o con la bici resulta un navegador pesado.
El mismo modelo se ofrece en tres variantes sobre la misma base. El Montana 700 (599€) es la versión estándar. Luego está el 700i (699€) que añade el sistema satelital (red Iridium) de salvamento InReach y por último el 750i añadiendo también la cámara fotográfica con flash (799€).
La versión con InReach seguro que interesará a los habituales de las excursiones por terrenos inhóspitos. Entre los navegantes la decisión no es tan clara. Cuando falla la telefonía terrestre y se produce una emergencia a bordo, hay alternativas como el VHF y/o las balizas de seguridad AIS o por radiofrecuencia. El InReach es una buena opción, pero el plus de precio del equipo y –sobre todo- el coste de los abonos a este sistema satelital dejan la decisión en el aire (abonos desde 15€/mes).
La opción de la cámara me parece evitable. Cualquier móvil –y no digamos cualquier cámara- tiene una óptica y una gestión de imágenes más elaborada que el Montana. En todo caso, el Garmin ofrece la posibilidad de georeferenciar las fotos tomadas y luego activarlas como si fueran waypoints, pero la cámara incluida en este navegador se antoja una opción reservada a los incondicionales del geocaché.
La autonomía eléctrica, recargable mediante batería de ion-litio, llega a unas interesantes 18 horas en modo GPS y se alarga hasta 330 horas en modo bajo consumo. Bravo, de cara al ahorro eléctrico, por el temporizador ajustable para el apagado de la pantalla cuando no está en uso, como llevan los teléfonos. Ojalá todos los plotters fijos para veleros ofrecieran esta opción.
El aparato se propone con cinco soportes de montaje; con ventosa, brida para balcón, atornillado en mamparo, adaptados a coches 4x4, motos, bici y . . . barcos.
El soporte para barco es giratorio y se atornilla, siendo el único que dispone de conector directo de alimentación y datos NMEA 0183. Punto malo a los conectores en la carcasa para este soporte, permanentemente expuestos a la intemperie.
La recarga estándar es por USB y el Montana tiene toma para antena exterior GPS/Iridium y soporte interno de tarjeta microSD para la gestión de ficheros.

El Montana 700 a bordo
El manejo del Montana 700, todo y que difiere de los protocolos comunes a los plotters GPSMAP para náutica, resulta bastante intuitivo. El sobrepeso de este equipo, que puede ser un inconveniente en excursiones a pie o en bici, se hace irrelevante en el barco, donde siempre habrá un hueco donde estibarlo (medidas 8,76 x 18,30 x 3,27 cm).
Las pantallas de datos, configurables a gusto del usuario, pronto se hacen querer y los mapas también permiten su personalización en la tipología y nivel de detalle de las informaciones (puertos, batimetría, sondas, informaciones terrestres, etc.).
Al no ser un GPS/plotter náutico propiamente dicho, algunos ajustes del Montana obligan a visitar más páginas y sub-menús de lo deseable, peaje normal asumiendo que es un aparato multideportivo. De hecho, quien busque ampliar datos de este equipo en la web de Garmin ha de ir a la sección Outdoor, y no a la sección Náutica.
La velocidad de refresco del procesador del Montana en los cambios de zoom y de presentaciones apenas pasa del aprobado, y lo mismo puede decirse sobre la precisión de los deslizamientos de pantalla. Cualquier teléfono o plotter náutico obtienen mejor nota en este aspecto, que el Montana compensa en parte con la buena definición de su display (480 x 800 pixels). Bien también por la moderna antena integrada tipo Quad-Helix, que posiciona el equipo en cuestión de segundos.
Las cartas náuticas BlueChart 3, que se pueden descargar como opción en el Montana, son de lo mejorcito que hay actualmente en el mercado. Los aportes de la biblioteca Navionics han mejorado tanto su capacidad de detalle como la fiabilidad de los datos.

Conclusión
El Montana 700 cumple con los requerimientos que se le piden a un plotter para barco. En muchos aspectos me recuerda al GPSMAP 520, presentado hace unos 10 años. Era un GPS/plotter que me encantó por su versatilidad aunque –todo se ha de decir- pasó sin pena ni gloria por el catálogo de Garmin. Quizás era demasiado náutico, un ‘defecto’ que el nuevo Montana ha solucionado.
El Montana es de los pocos navegadores con pantalla táctil en su franja de precio y tamaño de display (5”). El aparato puede instalarse semi-fijo a bordo con su soporte conectado a la red de 12v. y a los datos NMEA 0183 del barco. Este tipo de instalación es habitual en las esloras menores, pero también hay mucho barco ‘grande’ con uno de estos equipos como backup al margen de la red. En todos los casos, el Montana es además un práctico complemento para excursiones terrestres.
Los GPSMAP portátiles tradicionales de Garmin son más económicos (de 350 a 650€) y ligeros que el Montana, pero su pantalla es menor y NO táctil. El GPSMAP 276 iguala el tamaño de display, el precio (700€) y la conectividad NMEA183 del Montana, pero también lleva cursores en vez de pantalla táctil y supera en tamaño al Montana.
Sin salir de la órbita Garmin, el mayor competidor del Montana es posiblemente el App Boating de Navionics para teléfonos y tabletas, que ofrece similares prestaciones de navegación, añadiendo incluso los datos AIS vía Wi-Fi. En su contra, decir que el teléfono se ve peor al sol, soporta de mala gana las inclemencias meteorológicas y los golpes y, en caso de emergencia, solo tiene el 112, y no la red satelital InReach.
Los navegantes también aficionados a las excursiones en 4x4, bici o moto de montaña apreciarán sus mapas topográficos integrados en el Montana y las múltiples funciones para estos deportes.
Recordar por último que este GPS/plotter también interesará a los ‘capitanes sin barco’ del mundo del chárter, invitando a preparar las singladuras en casa, para salir a navegar con los deberes hechos y guardados en la memoria de un equipo que llevarán con su equipaje.

Por: Enric Roselló