La electrónica de los Open 60: Un banco de pruebas oceánico

Las marcas y repetidores a la vista son las habituales en veleros de crucero de

Sería imposible manejar un IMOCA Open 60 a dos alrededor del mundo sin ayuda electrónica. Las regatas oceánicas son además un perfecto banco de pruebas de equipos y sistemas que luego se instalan en los cruceros de serie
Empezar diciendo que en un IMOCA Open 60 hay pocos instrumentos electrónicos al margen de los catálogos comerciales de náutica deportiva. Casi todos los aparatos que llevan estos barcos los podemos encontrar en nuestra náutica de confianza y la primera impresión al sentarse en la mesa de cartas de un Open 60 es incluso de cierta familiaridad. Todas las marcas y los repetidores que quedan a la vista son los habituales en veleros de altura de esta misma eslora.

Pero hay diferencias. La primera y bien aparente es el tipo de instalación. Mientras en un velero de crucero todos los cables, conexiones y cajas negras quedan escondidos, dejando los repetidores empotrados de forma discreta sobre un bonito panel de madera barnizada, en un Open 60 todo está a la vista. La instalación se antoja incluso tosca, con manojos de cables corriendo de un lado a otro, cajas de conectores por todas partes y un panel de displays de libre acceso trasero que deja todos los instrumentos con el “culo al aire”.