Barcelona solicita oficialmente ser la sede de la #37 America's Cup
(11/mar/22) Según publica La Vanguardia, la solicitud en firme para organizar la Copa América quiere dar a la ciudad condal una nueva proyección mundial. El proyecto cuenta con el aval político y económico del Ajuntament, la Generalitat y la Diputació de Barcelona. La candidatura española tiene otras dos sedes en liza. Valencia, con unas infraestructuras prácticamente a punto, descartó el tema por cuestiones económicas. Lo mismo sucedió con Málaga, en este caso con las infraestructuras por completar.
En la carrera por organizar la Copa América hay un miedo latente a no ‘pillarse los dedos’ con el dinero, como ocurrió en las tres últimas sedes; San Fracisco, Bermudas y Auckland.
Hay que cubrir la puja del equipo neozelandés por ceder la sede organizativa, al tiempo que se han de sumar los costes organizativos del evento. La contrapartida es un eventual flujo millonario de dinero de turistas náuticos y el relumbre internacional de la ciudad escogida como sede. Como en todo negocio, hay que valorar la inversión y los réditos esperados, cifras ambas con un monto que nadie consigue definir de forma concreta.
La candidatura de Valencia contaba con el apoyo municipal y con unas infraestructuras prácticamente a punto heredadas de las ediciones de 2007 y 2010. Fueron en buena parte las altas deudas generadas en estas dos ediciones –deudas canceladas hace apenas un año con dinero público- las que frenaron al gobierno central de apoyar de nuevo el proyecto.
Algo parecido parece que ocurre con la candidatura de Málaga, que requiere una inversión millonaria en el puerto para quedar a punto para el evento. Hay voluntad municipal de acoger la regata y existe la necesidad de realizar esta obra portuaria, pero de momento no hay dinero. Oficialmente, su candidatura quedó descartada.
La candidatura de Barcelona tampoco parece muy fiable desde el punto de vista económico, pero al menos cuenta en teoría con un aval y un consenso más generalizado entre los sectores público y privado. El área económica del Ayuntamiento, que dirige el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, está a favor del proyecto, algo que contrasta con la continuada oposición –por no decir aversión- del consistorio de Ada Colau con la organización y apoyo de eventos náuticos internacionales.
Según La Vanguardia, también el teniente de alcalde municipal de Cultura, Jordi Martí, avala este proyecto, en el que está implicado asimismo el Govern de la Generalitat, a través del departamento de Empresa i Treball, que dirige el conseller Roger Torrent. El Port y la Diputació de Barcelona, que presiden Damià Calvet y Núria Marín respectivamente, también ven con buenos ojos albergar la Copa América.
Le queda a Barcelona el hueso más duro de roer. Al igual que en las candidaturas de Valencia y Málaga, el Gobierno español no figura entre los promotores (léase patrocinadores) de esta iniciativa, y solo expresa su compromiso firme de apoyar la candidatura que pueda resultar elegida, lo cual no es un aval especialmente fiable cuando se trata del gobierno de Pedro Sánchez.
En Barcelona se dice coloquialmente que si La Vanguardia publica que las vacas vuelan, coge el paraguas para que no te caigan sus cacas encima. Ironía al margen, la elección de la sede para la próxima edición de la Copa América –a disputar en 2023/24- se está convirtiendo en un culebrón demasiado largo. Cualquiera de las sedes en España, Irlanda (Cork) y Arabia (Jeddah) siguen siendo candidatas a alojar la regata, sin descartar en ningún momento que la Copa se dispute en Auckland, sede de su anfitrión, el Royal New Zealand Yatch Squadron. La solución . . . . . antes del 31 de marzo.
Por: Enric Roselló
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